En la segunda jornada del XX Congreso de Aapresid “20 Veces sí”, iniciada ayer jueves en el Centro de Convenciones Metropolitano de Rosario, tuvo lugar la clase magistral “¡Innovemos!”, a cargo de Eduardo Kastica, uno de los principales referentes de la creatividad e innovación en América Latina.
Kastika, con dos décadas de trayectoria como consultor en innovación de clase mundial, le puso su sello distintivo a la colmada sala Intacta RR2 PRO, donde brindó una serie de recomendaciones para encarar el mundo de los negocios, del que aseveró, “hay lugar para todos”.
Ya desde el arranque, el especialista señaló las diferencias entre los conceptos de innovación e invención: “No todos los inventos útiles son necesariamente innovadores, así como no todo lo nuevo es innovador”, dijo. Es que lo primero que hay que tener en claro, según este entrenador de emprendedores, es que “una idea, para ser innovadora, además de interesante, tiene que ser adoptada por el mercado”.
“Para ser creativo e innovador no hace falta tener una idea brillante”, ni
tampoco “montones de ideas”, agregó, sino que lo innovador, está más ligado a
una concepción de liderazgo, lo cual supone entre otras cosas “no perder
continuidad en lo que se hace. Hay que estar haciendo cosas todo el tiempo” y,
en lugar de dispersarse en cantidades de inventos, “profundizar el negocio que
uno hace”.
Kastika mencionó más de una docena de recomendaciones, todas importantes a fin
de orientar a la audiencia en los distintos trucos que se esconden detrás del
éxito de muchos de los emprendimientos que ofreció como ejemplo: La importancia
de lo visual, de la identificación que los consumidores alcanzan con un
determinado producto, el compromiso con ciertos valores, apuntar a la conexión
emocional del cliente con el producto, se sucedieron como pistas.
“El producto tienen que ser visual, pero hay que tener en cuenta que hoy el negocio tienen que ver más con lo humano que con cualquier otra cosa. Lo que tiene que hacer el innovador es llegar al corazón de las personas, establecer un vínculo”, señaló. “Crear un vínculo –añadió– es mucho más importante que hacer una venta”.
Y para Kastika no sólo se trata de establecer un vínculo entre un producto y un mero consumidor, sino también de hacer partícipe a ese consumidor del proceso de creación. En ese sentido, Kastika introdujo el concepto de co-creación, un proceso de transformación e innovación en el que vienen incursionando cada vez más empresas y que a grosso modo, consiste en abrirse al aporte de todos los involucrados, desde el diseño, la producción, a la salida al mercado, incluidos los propios consumidores, para el desarrollo de un producto.
Algunas organizaciones invitan a sus clientes a participar directamente en el diseño. Esto está relacionado a otro concepto presentado por Kastika, el de “completador más que competidor”. “Hoy el negocio más innovador es el que le hace ganar plata a otros”, fundamentó “si completás o sos completado por otro”, se inserta en la lógica de que con “la capacidad de conectarse, de interactuar” con otros, hace a un vínculo más fuerte: “Mientras logre una conexión emocional con otros, el negocio va a seguir existiendo”, resaltó Kastika, quien se remitió a los jóvenes emprendedores a fin de ejemplificar: “Ellos no buscan ya ser protagonistas, están empezando a pensar que se puede crear de a muchos. Si no innovamos juntos, si no encontramos placer en crear juntos –esa es la tendencia, la creación en conjunto–, si el negocio no le mejora la vida a otros, no sirve”, concluyó.