RIO GALLEGOS.- Pocas veces se lo vio en público tan consternado a Néstor Kirchner como ayer, cuando ingresó en el Salón Blanco de la gobernación para despedir a su amigo de toda la vida, Oscar Vázquez ("Cacho"). Kirchner llegó ayer aquí solo y aún no se pudo confirmar si la presidenta Cristina Fernández lo acompañará hoy en el sepelio.
"Vine a despedir a un amigo", alcanzó a decir el ex presidente, con los ojos llenos de lágrimas, mientras besaba y abrazaba a quienes se habían acercado a la Casa de Gobierno. Lo acompañaban el gobernador Daniel Peralta, el jefe de Gabinete Pablo González y su amigo Rudy Ulloa. Minutos antes, el Salón Blanco se había transformado en sala fúnebre, como no se recuerda en muchos años aquí.
Vázquez no sólo era amigo entrañable de la pareja presidencial sino un militante justicialista de toda la vida. La Presidenta destacó anteayer, en su discurso en el Chaco, la pena que le producía la muerte de quien había sido testigo de su casamiento.
Minutos después de llegar, el ex presidente compartió una larga charla con una de las hijas de Vázquez, en el despacho del gobernador.
La amistad con Kirchner se remonta a la época en que ambos eran estudiantes del Colegio Nacional. Ya en 1972, comenzaron a organizar la JP local, de la cual Vázquez fue elegido secretario regional. Trabajó en la justicia provincial, cargo que perdió con la llegada de la dictadura.
Junto con Kirchner y la Presidenta, creó en 1981 el Ateneo Teniente General Juan Domingo Perón. Era uno de los grupos que integraban el peronismo tradicional que se empezaba a organizar en esa época y semillero de lo que después sería el Frente para la Victoria Santacruceña (FVS).
A la militancia con los Kirchner luego le seguirían los cargos públicos en todas las gestiones del ex presidente. Fue secretario de Gobierno y secretario general del Municipio de Río Gallegos. También fue vocal del Poder Ejecutivo en la Caja de Previsión Social y cumplió varios mandatos como diputado provincial.
Vázquez fue el hombre que "sabía reunir a la tropa", y de los pocos que no se jactaban de su cercanía con el ex presidente. Su papel fue clave el año pasado, cuando logró alinear detrás del candidato Daniel Peralta a la reacia militancia del FVS. Era la orden de Kirchner. Y también la cumplió.
Mariela Arias