El Gobierno no realizará mayores cambios en materia económica tras las elecciones, aunque podría encarar una estrategia de "contención de daños" para que el actual escenario de bajo crecimiento con deterioro de reservas y amplia brecha cambiaria no derive en una crisis, según economistas consultados por LA NACION.
Eduardo Levy Yeyati (Elypsis), Marina Dal Poggetto (Estudio Bein), Fausto Spotorno (Ferreres y Asociados) y Ramiro Castiñeiras (Econométrica) coincidieron en señalar que, aunque más débil, el Gobierno podrá seguir marcando el rumbo por la vigencia de la ley de emergencia económica hasta fines de 2015.
Ésta es la opinión de los analistas:
Levy Yeyati: -El escenario será de contención de daños con acomodamientos parciales: menor emisión neta, tasas algo mayores, mayor devaluación oficial; gestos de recomposición con prestamistas multilaterales, crecimiento modesto, inflación estable, empleo y salarios estancados, todo a la sombra del fantasma del default selectivo como epílogo de la saga de los "fondos buitre" en Nueva York.
El investigador de Cippec y de Brookings Institution afirmó que no cree en un giro hacia un plan integral, pero consideró: "No sería sorpresivo el alejamiento de Moreno del Ministerio de Economía o un enroque de funcionarios que dé como resultado una mejor correspondencia entre experiencia y función en el Banco Central y en Economía". Para Levy Yeyati, por el bajo endeudamiento, "una crisis es improbable; el desafío para la Argentina no es eludir una crisis, sino una recesión".
Ramiro Castiñeiras: -Hay señales concretas de cambio porque, como lo demostró el blanqueo de capitales, cada bala tiene un menor calibre que la anterior. Acabada esa estrategia, se puso sobre la mesa un manual algo más ortodoxo, que se ve en la suba de las tasas de interés, mayor devaluación y la posible baja de los subsidios, que ya son casi cinco puntos del PBI. No se corregirá en forma completa en poco tiempo, pero tendrá un impacto positivo sobre la cuestión fiscal y monetaria, aunque habrá un impacto tarifario sobre la inflación.
En suma, indicó: "Es el regreso del paquete de la sintonía fina, que es la forma coqueta de llamar al ajuste".
Dal Poggetto: -La escasez de divisas y la necesidad de administrar que enfrenta la economía es independiente de los resultados electorales. La decisión de empezar a abrir el crédito permitiría limitar los costos de esta transición en términos de crecimiento.
Sobre los márgenes de maniobra del Gobierno en un contexto de mayor debilidad política, recordó que entre 2009 y 2011, sin mayoría, "el Gobierno gobernó con voto y veto", mientras que, en relación con los gobernadores, "es probable una mayor injerencia en la toma de decisiones, hacia el escenario con algo más de crédito".
El escenario, coincidió Dal Poggetto con Levy Yeyati, no parece ser de crisis: "Con la fuga de capitales prohibida y 34.000 millones de dólares en las reservas, el ritmo de devaluación del dólar lo define el BCRA y no el mercado; las correcciones cambiarias o tarifarias van a ser graduales, y no va a autogenerarse un shock si éste no viene de afuera".
Spotorno: -Es de esperar que haya algunos cambios. El Gobierno se encuentra en un dilema entre importar energía y crecer, pero seguir debilitando la balanza comercial, o tratar de sostener el saldo comercial y las reservas, pero a riesgo de trabar el crecimiento económico.
De todos modos, dijo que no hay que prever grandes correcciones. "Es difícil pensar que un Gobierno que se manejó de una manera durante diez años cambie en los últimos dos. En especial, porque en ese caso lo importante sería el plan, más que el ministro de Economía."
Si no se concretara esta mejora, "por ahora la economía se muestra más en una tendencia hacia un deterioro continuo que hacia una crisis, pero la pérdida de la solidez financiera del Banco Central en un esquema de alta inflación, baja credibilidad y creciente déficit fiscal es un factor por tener en cuenta". El analista consideró que, tras los comicios, "parecería ser que las fuerzas políticas van a estar muy equilibradas en los próximos años y, a menos que sucedan acontecimientos que inclinen la balanza para un lado o para el otro, la oposición y los gobernadores sólo podrán plantear acuerdos muy genéricos, pero será difícil que eso tenga impacto en la economía".