En el primer trimestre del año, las fábricas de biodiesel que operan en el país produjeron 40% menos del biocombustible que en igual período del año pasado. Las retenciones a la exportación del combustible subieron 10 puntos, mientras que el precio en el mercado interno bajó 15%.

Además de la falta de aceite de soja por la menor cosecha del año pasado, el desincentivo de las políticas oficiales provocó la salida de muchas pymes del mercado.

Cuando hace siete años la industria argentina del biodiesel dio su puntapié inicial, que se afianzó en 2010 con la puesta en marcha del programa nacional de combustibles con sus pares “verdes”, el negocio parecía no tener límites. En el primer trimestre del año, sin embargo, las fábricas que operan en el país produjeron 40% menos del biocombustible que en igual período del año pasado. Así, la elaboración del producto que complementa al gasoil en los motores cayó por debajo de las 500.000 toneladas en el primer trimestre del año, según un informe difundido por la consultora Investigaciones Económicas Sectoriales (IES).

El motivo estacional de la pérdida de producción tiene que ver con que en los primeros tres meses del año las fábricas tuvieron que administrar un raquítico stock de soja remanente de la campaña pasada, que fue mala por la sequía y dejó una cosecha de solamente 40 millones de toneladas.

Según el Cronista, el sector del biodiesel comenzó a sufrir en septiembre pasado un fenómeno que hasta el momento no había conocido: políticas oficiales que limitaron el negocio. Este sector, que fue promovido por el gobierno kirchnerista con beneficios que incentivaron millonarias inversiones, vio cómo de un día para otro las retenciones a las exportaciones subieron 10 puntos y el precio regulado en el mercado interno descendió 15%.

Cabe mencionar que este año, el biodiesel de Argentina comenzó muy mal: en enero, alcanzaron apenas 58.417 toneladas, el nivel mensual más bajo en cuatro años, o estrictamente, desde marzo de 2009. En febrero de 2013, aunque los datos no estaban disponibles al cierre de esta edición, los embarques habrían sido aún menores.

¿Cuándo comenzaron los problemas e incertidumbres para el biodiesel?

Los problemas comenzaron en agosto pasado, cuando el sector dejó de estar exclusivamente bajo la tutela de su mentor, el Ministerio de Planificación, que conduce Julio De Vido; y pasó a la órbita de la flamante Unidad Ejecutiva Interdisciplinaria de Monitoreo, lugar en el que también participan Guillermo Moreno, por la Secretaría de Comercio Interior y Axel Kicillof, por el Ministerio de Economía.

Así, en agosto, el Gobierno recortó el precio del biodiésel para el mercado interno alrededor de 15%, de $ 5.195 a $ 4.405 por tonelada. Y aumentó las retenciones a la exportación y eliminó reintegros, lo que implicó una suba efectiva de los derechos de diez puntos porcentuales, de 14,2% al 24,2 por ciento.

Las fábricas de biodiésel pusieron entonces el grito en el cielo. Las chicas, diseñadas para el mercado interno, decían que así se les imposibilitaba el negocio que el propio Gobierno les había otorgado, según informó el diario Perfil.

En septiembre, el Gobierno armó un régimen de retenciones móviles, que debía actualizarse cada quince días, algo que en la práctica no ocurrió, aseguran en la industria. Los derechos fueron reducidos al 19,11%, nivel en el que quedaron.

Nuevamente, en diciembre de 2012, se segmentó el precio del biodiésel para el mercado interno en tres niveles de fábricas, de un modo inversamente proporcional al tamaño. La escala divide entre las plantas con capacidad de producción anual de biodiésel de hasta 25 mil toneladas, de allí hasta 100 mil y más de 100 mil toneladas.

El sistema duró un mes. De los $ 4.661 por tonelada para todos en la primera quincena de noviembre, en la segunda se escalonó, y los valores volvieron a variar en diciembre, cuando quedaron en $ 5.222 por tonelada para las chicas, $ 5.014 para las medianas y $ 4.401 para las grandes. Luego, el precio interno no se publicó más, con lo que productores y petroleras trabajan con uno provisorio.