Un visión global de la región y los desafíos que se presentan a futuro para prevenir y manejar las dificultades del monocultivo como la rotación de los mismos. “Bajo la siembra directa vivimos una nueva agricultura y en Brasil estamos haciendo un gran esfuerzo en la búsqueda de sustentabilidad económica ambiental y social pero también estamos sufriendo mucho la aparición y la continuidad de algunas patologías que aún no podemos solucionar”, expresó Erlei Melo Reis, profesor de la Cátedra de Fitopatología de la Facultad de Agronomía y Medicina Veterinaria de la Universidad de Passo Fundo de Brasil.
De esta manera, el especialista se refirió a la situación que están viviendo
los productores del país vecino donde están sufriendo una situación bastante
delicada en lo que a fitopatologías se refiere.
Luego de hacer un acabado análisis sobre la situación de algunos lotes sobre
todo en la zona sur de Brasil, Erlei Melo Reis dijo que “los problemas
sanitarios de la siembra directa es que hay un aumento de las enfermedades que
son causadas por patógenos necrotróficos dependientes del rastrojo y la
diseminación de epidemias”. También afirmó que a pesar de esto, en la actualidad
se da la oportunidad para que aparezcan y se reproduzcan nuevas cepas “porque
las enfermedades se hicieron potentes a los fungicidas y eso es una mala
noticia”.
El especialista brasilero además agregó que cuando a estos residuos de los cultivos se los deja mineralizar, como sería en el caso de una rotación de cultivos, se está actuando “sobre la fase de supervivencia, disminuyendo la cantidad de inóculo y por consiguiente la intensidad de la enfermedad en el cultivo a implantar". En el caso de los ciclos cortos de la soja y si encima tienen un componente de estrés hídrico, el problema es aún más grave: “En Brasil aún no lo podemos solucionar y el problema fundamental es que el hongo yace dentro de la semilla”, manifestó Erlei Melo Reis.
En los últimos momentos de su exposición, Melo Reis mostró su disgusto con la poca predisposición que muestran los productores brasileros para adoptar nuevas tecnologías “a diferencia de lo que ocurre en Argentina. Por eso el desafío de los fitopatólogos es diseñar nuevas defensas contra las enfermedades de la soja que en los campos brasileros aumentan cada día”.
En segundo término el que tomó la palabra fue Marcelo Carmona, especialista en fitopatología de la Facultad de Agronomía de la UBA. Carmona comenzó su disertación argumentando que en la Argentina “el 81% de la agricultura está bajo la siembra directa pero un gran porcentaje se hace lamentablemente sobre áreas de monocultivo. Por lo tanto el problema reside en ese aspecto y no en la siembra directa”.
Sin embargo, Carmona hizo énfasis en que hay que estar alerta sobre todo en la “pudrición de raíz y tallo en soja porque ésta enfermedad rompe con el paradigma de que la solución se encuentra en la rotación del cultivo. De la misma manera que debemos tener mucha precaución con el daño que está provocando el complejo del síndrome de la muerte súbita.” Además agregó que el error más frecuente que cometen los productores “es pensar que el fungicida es la solución pero se equivocan de plano porque ese elemento no llega ni a la raíz ni al tallo que es donde se encuentran los patógenos”
Para Carmona es fundamental el tema de la prospectiva que consiste “explorar con memoria el pasado para construir el futuro y detectar los problemas venideros como el cambio climático. Pero en el caso de las enfermedades esta situación no es de solución lineal”. Por último, el investigador determinó que el desafío de la siembra directa en el futuro será detectar este tipo de enfermedades que “sin dudas las pudriciones de raíz y tallo son las más difíciles de atacar porque son patógenos que presentan altas complejidades para su estudio”.