A pesar de eso, el valor de la oleaginosa sigue estando en valores altos que compensan la menor cosecha. La semana pasada había alcanzado los u$s 524,7 en Chicago para la posición más cercana. El tropiezo de ayer, sin embargo, muestra una vez más el clima de volatilidad que envuelve a la soja. Es que en el último mes y medio superó la barrera de los u$s 550 y luego cayó por debajo de los u$s 500.

Los altibajos del precio de la soja dependen en parte de los fundamentos propios de oferta y demanda, pero están fuertemente afectados por los mercados financieros y el valor de dólar.

De acuerdo con un informe sectorial, las previsiones de producción para este año rondarán las 40 millones de toneladas, por debajo de las 42 millones previstas inicialmente.

La cosecha prevista, a los valores de ayer, representarían un ingreso para el país cercano a los u$s 21.000 millones; es decir, el doble del saldo comercial favorable previsto para este año por el Gobierno.

Calculando los ingresos del fisco al valor grano, según el precio oficial FOB del Ministerio de Agricultura, las retenciones de la soja aportarían unos u$s 7.500 millones. Es decir, más que el año pasado, cuando se cosecharon 49 millones de toneladas.

De todas maneras, no está claro que los productores y el país puedan aprovechar los altos precios. Un reciente informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires sostuvo que el 61,7% de la soja de la campaña 2011/12 ya está vendida, contra el 48,8% del año pasado.