“A mí me tocan dos casas más de esas que construye el Fondo Federal de Viviendas, ¿qué tengo que festejar?”, dijo Osvaldo Salomón, intendente de la localidad santafesina de Chabás, con la calculadora en la mano, después del anuncio grandilocuente de Cristina en la Quinta de Olivos. Especialistas fiscales sostienen que la decisión de compartir las retenciones a la soja no será de la magnitud que estimó la Presidenta y tendrá un marcado desnivel: al contrario de lo que recibirá Chabás, sobre los partidos del conurbano –sin producción agropecuaria– lloverá la mayor parte de esos fondos.

Según Cristina, el nuevo Fondo Federal Solidario se forma con el 30% de las retenciones a la soja. Y eso implica –siempre según la palabra presidencial– unos 6,5 millones de pesos o 1.776 millones de dólares. Pero como aclaró que el criterio de distribución será el mismo que el del Impuesto al Cheque, a las provincias y municipios llegará cerca del 15% de lo que aporta el “yuyo” al fisco. Es decir, unos 800 millones de dólares o unos 3,3 millones de pesos. En su discurso de ayer en el conurbano, Nestor K se jactó –ya con el traje de candidato bonaerense–que a la provincia llegará un tercio de esa plata, “algo así como un millón doscientos mil pesos” estimó entre vítores. Otra vez los fiscalistas desmienten: no será más de 500 millones. Santa Fe y Córdoba, en ese orden, son las que siguen en el ranking de beneficiadas.

De esos 800 millones verdes que embolsarán los gobernadores, habrá luego un segundo escalón de reparto, según las leyes que rigen en cada distrito

El Impuesto al Cheque, creado por Domingo Cavallo al calor de la crisis de 2001, fue eje de polémica cada vez que se prorrogó durante los últimos años. Los senadores intentaron varias veces modificar su reparto a favor de las provincias, pero chocaron con la sistemática negativa del Gobierno.

Las retenciones a la soja aportarán entre 5.000 y 5.500 millones de dólares este año, si se mantienen los precios actuales y las estimaciones de la cosecha. Lo que cambió el anuncio de ayer es que el 15% de ese dinero fluirá directo a las arcas distritales. Pero en rigor, un monto equivalente ya se reparte a través de las denominadas “transferencias discrecionales”, habitualmente destinadas a financiar obras (y también sueldos) en el interior.

El reparto será manejado por el Ejecutivo. Será quien decida las obras que se financiarán en cada distrito.

El justicialista Fernando Fischer, intendente de Armstrong, apuntó que “habría sido bueno si primero se hubieran bajado las retenciones al 20 por ciento”. Pero agregó que así, “esto no va a aliviar nada y lo hacen para dividir”. Más moderado, pero también disconforme, se mostró Carlos Torres, de Firmat: “Esto resiente el diálogo que se había logrado entre el Gobierno y la Mesa de Enlace”, dijo. En cambio, el cobista Mario Meoni, de Junín, mostró satisfacción: “Es una medida positiva que responde a un viejo reclamo de los municipios. Sé que es parte de una estrategia que busca dividir antes que solucionar, pero hace algo de justicia”.

OPINIONES

Sin recursos

Ramiro Castiñeira (Economista de Econométrica)

Esta plata el Gobierno ya se la estaba pasando a las provincias. Se estaban quedando sin recursos todos los distritos y les estaban mandando ayuda, como transferencias discrecionales, que se usan para obras pero también para cubrir gastos corrientes. Las cuentas provinciales ya estaban yendo al déficit sostenido. Y peor iba a ser en una economía en recesión, cuando los impuestos a los ingresos brutos caen más fuerte que ningún otro. La que más va a recibir por lejos es la provincia de Buenos Aires, una de las que está en peor situación fiscal.

El camuflaje

Mario Sotuyo (Analista fiscal de Economía y Regiones (E&R))

Seguramente, por esta decisión, las transferencias discrecionales se van a recortar. Es una consecuencia directa de la reducción en el superávit que va a darse. En esas transferencias se computa todo el gasto del Estado nacional en las provincias que no surge de la coparticipación. El principal problema que ahora tienen las provincias es el gasto salarial (que insume cerca del 80% de sus gastos totales) y la plata que les gira la Nación se suele camuflar para poder destinarla a eso.