FRIO Y ESTABILIDAD

Durante la semana pasada, las condiciones del tiempo cambiaron en forma significativa. Este cambio se produjo en base a la llegada de la primera masa de aire que ha sido apoyada por una circulación que le permitió sostenerse sobre el centro norte del país. Previo al cambio de ambiente hubo algo de inestabilidad cambiando del viernes para el sábado. La mezcla del aire frío con la humedad residual, generó una estratificación de la nubosidad en las capas bajas de la atmósfera, lo cual en algunos sectores provocó lloviznas. La mayoría de estos eventos no fueron registrados en los pluviómetros convencionales, se han detectado en las estaciones automáticas, con medidas mínimas.

El descenso de las temperaturas comenzó a sentirse durante el fin de semana del sábado 10, pero la masa de aire frío se asentó entre lunes y martes posteriores, cuando se concretaron las primeras heladas generalizadas de este trimestre de invierno. Este primer enfriamiento se mantuvo hasta el fin de semana del sábado 17. A partir de entonces, la circulación de aire del sector norte volvió a retomar el protagonismo, lo cual recompuso la llegada de aire muy húmedo, las nieblas y neblinas recuperaron el territorio que el aire frío y seco les había quitado. La estabilidad se mantiene, salvando las áreas cordilleranas, donde las lluvias y las tormentas de nieve están haciendo su trabajo habitual.

A estas fechas del año hemos llegado con la región con mayor potencial para la fina totalmente divida entre el este y el oeste en cuanto a niveles de reserva. Esto implica condiciones de demanda pluvial que acompañan esta división. La cuestión más difícil de esta situación es que la demanda más alta está en el oeste, donde el invierno suele tener una oferta de agua muy modesta. Este indicador de alguna manera alerta de los riesgos que constituyen avanzar con las siembras.

Como vemos en el mapa, las condiciones hídricas son óptimas en gran parte de la franja este de la región pampeana, lo cual permitiría transitar el resto del mes sin necesidad de sumar nuevas lluvias, aunque esto representara un déficit marcado respecto de los valores normales del mes de junio.

Dada la época del año, la sobreabundancia de lluvias de finales de mayo y la posterior persistencia del ambiente húmedo, permitió que los suelos incorporen en forma eficiente la carga pluvial, más allá de los excesos iniciales. Por el contrario a medida que nos vamos desplazando hacia el oeste, los suelos quedaron con un acopio de agua muy pobre, quedando con una demanda que será difícil de satisfacer en el trimestre que estamos recorriendo. Naturalmente esto debería presionar las decisiones hacia una menor cantidad de hectáreas implantadas en la franja oeste o a que las mismas se lleven adelante con un importante nivel de austeridad en las prácticas agronómicas. Una buena parte del norte santafesino y el oeste del NEA, no escapan a esta ajustada situación hídrica, la cual en muchos sectores sigue siendo sequía.

El periodo frio con que nos acercamos a la fecha en que astronómicamente comenzó el invierno, se ha moderado. Las siembras han avanzado a buen ritmo sobre el este y si bien por estos días el ambiente está muy húmedo, los trabajos continúan. En gran parte de la franja central es conveniente cerrar las siembras antes del comienzo de julio, hacia el sur la ventana de implantación es más extendida y el margen de humedad no impone ningún tipo de restricción.