Cuando el Estado interviene, sobre todo como en este caso del dólar soja 3, se producen cortocircuitos en el mercado.

Y los resultados de la intervención suelen tener efectos contraproducentes e impredecibles.

Porque la sabiduría del mercado, si bien es limitada, es enormemente superior a la del Estado.

En este caso, hay dos puntas encontradas que no logran llegar a un nivel de precios aceptable. Una dura pulseada entre el tenedor de soja por un lado y los compradores por el otro.

La situación es muy diferente a la de las dos primeras versiones del dólar soja.

El año pasado, los silobolsas y los acopios tenían grandes volúmenes, por la cosecha de 43 millones de toneladas y el remanente del ciclo previo.

Pero ahora, frente a una cosecha que giraría apenas en torno a 22 millones de toneladas, los tenedores adoptan una prudentísima y lógica actitud.

Porque no hay una razonable visibilidad a la hora de operar. Demasiados puntos que no cierran.

Y, por cierto, los precios en danza no tientan demasiado.

Además, con la presunción de que en el segundo semestre vaya a haber una cuarta versión de dólar soja, el tenedor de soja con la percepción de que el actual precio no es el que debería corresponder, prefiere “aguantar” todo lo que pueda.

Aguantar, hasta que la niebla se disipe.

Así el cuadro, el horizonte para el Banco Central, por el momento, no luce nada halagüeño.

El dólar soja 3 podría no cumplir con las metas planeadas.

¿Cuál es el temor? Que el volumen de negocios termine siendo mucho más reducido de lo previsto.

En consecuencia, la esperanza gubernamental de un gran ingreso de dólares no se haría realidad.

Este fenómeno alimenta una expectativa en los tenedores sobre la posibilidad de que el Gobierno imponga elementos adicionales al programa que estimulen con mayor fuerza las ventas.

De hecho, hasta el momento, esta tercera versión no muestras signos de éxito.

En los primeros dos días de vigencia no hubo resultados.

El dólar soja debutó este miércoles con un volumen operado de algo menos de USD100 millones, luego de dos días de vigencia del DNU correspondiente.

Con tal cuadro, se aguarda otras medidas por parte del Banco Central. Se trataría de una norma complementaria para facilitar la operatoria a fin de que los exportadores liquiden con agilidad, que podría ser anunciada este mismo jueves.

La idea sería permitir a los exportadores que ingresen los dólares para la prefinanciación de sus ventas, sin la necesidad de liquidar en un plazo de 180 días.

Todo muy confuso. Un cuadro de gente desorientada. Sinceramente, parecen películas de suspenso.

Las de Alfred Hitchcock, un poroto.