Es esta la explicación por la que el empresario haya decidido sacar a la luz la delación de todas las delaciones. Al "rifar" al gobierno de Temer también lanza al país al abismo de las incertezas políticas, financieras y económicas. Pero Joesley Batista lo hace para asegurar el pasaporte de su grupo hacia el exterior. Para garantizar la ejecución del plan trazado, la empresa y sus controladores necesitaban estar en línea con las exigencias del Departamento de Justicia de Estados Unidos, el poderoso DOJ.
La mayor parte de las operaciones de JBS -casi el 80%- ya están en el exterior. En Estados Unidos tienen 56 fábricas de procesamiento de carne y casi la mitad de sus ventas globales.
En diciembre el grupo aprobó la realización de un IPO (oferta inicial de acciones) en la Bolsa de Nueva York, en una amplio proceso de reorganización que llevará al grupo a dejar de ser esencialmente brasileño. La empresa que abrirá su capital y será JBS Foods International, que tiene su sede en Holanda, la que manejará todos los negocios internacionales de JBS y Seara.
El año pasado, incluso, el grupo intentó migrar su sede a Irlanda como parte
de este mismo plan, pero la ruta trazada debió ser alterada por la oposición del
Banco Nacional de Desarrollo (BNDES) en el momento en que Brasil comenzó a
condenar a ese país como un paraíso fiscal.
Los Batista actuaron rápido, eligiendo el camino opuesto al de la familia Odebrecht, que vio sangrar sus negocios mientras se resistían a colaborar con las investigaciones.