Fueron dos, quizás tres horas en las que las caras pasaron del optimismo a la angustia, del fervor a la depresión y de allí, al alivio. En un escrutinio mucho más parejo de lo esperado, y por tercera vez consecutiva, Pro, de Mauricio Macri, triunfó en el ballottage porteño y gobernará la ciudad de Buenos Aires hasta 2019.Los resultados del escrutinio provisorio otorgaron finalmente el 51,64 por ciento de los votos a la fórmula macrista encabezada por Horacio Rodríguez Larreta, frente al 48,36 obtenido por el candidato de ECO, Martín Lousteau.
Una diferencia de 54.745 votos, frente a los veinte puntos de ventaja que Pro le sacó a su rival de ayer en la primera vuelta. Noventa mil votantes prefirieron el casillero "en blanco", un rubro que estuvo en el centro de la polémica durante las dos semanas que mediaron entre la primera vuelta y las elecciones de ayer.
"Tenemos el enorme orgullo de que los porteños siguen apoyando este proceso de transformación", dijo Rodríguez Larreta pasadas las 20 y ya convertido en el sucesor de Macri. "Estamos contentos porque ganamos una elección difícil, y lo trascendente es que en tres semanas se define el futuro de la Argentina", dijo Macri en la conferencia de prensa posterior, ya con la cabeza puesta en las elecciones presidenciales, con la escala de las internas del 9 de agosto. "Ganamos una, dos, tres veces", agregó Macri, con relación a los triunfos de las PASO del 26 de abril, y en las generales del pasado domingo 5, y poco después de dar un largo discurso con voz y tono de candidato presidencial, aunque con el resultado marcado en la seriedad de su rostro (ver aparte).
El clima en el búnker de Costa Salguero era de alegría medida, con los bailes y los globos de siempre, pero sin disimular la desagradable sorpresa por un resultado más ajustado que el que pronosticaban los propios números de Pro. "Estuvimos cortando clavos hasta última hora", se sinceraron cerca de Rodríguez Larreta, que alrededor de las 20 se encerró en la sala VIP con, entre otros, el secretario de Gobierno, Marcos Peña; el consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba, el economista Rogelio Frigerio, el ministro Andrés Ibarra y el propio Macri. La salida de los dirigentes se dilató: había que ordenar el discurso después de los escasos tres puntos y medio de diferencia, distantes de los veinte de la general, dos semanas atrás. "Antes de la elección dijimos: se gana con el 50 por ciento más uno de los votos, y era así. Estamos contentos por poder seguir transformando", dijo Rodríguez Larreta con el resultado ya confirmado por la justicia electoral.
El candidato ganador afirmó que mantendrá "el mismo equipo que viene
gobernando la ciudad", aunque no descartó "cambios de nombres", motivados porque
"seguramente Mauricio va a ser presidente".
En el búnker de ECO, en tanto, la derrota era tomada como una victoria. "Vamos a ser una oposición constructiva en la ciudad", dijo Lousteau en un clima de algarabía en el Palais Rouge, de Palermo. "Hacemos un reconocimiento a Pro por la victoria (...) he llamado a Horacio Rodríguez Larreta . Como porteños, nuestros mejores deseos para los próximos cuatro años", dijo el candidato de ECO, y destacó que su fuerza "ganó en 9 de las 15 comunas". Ya pensando en el futuro, la sorpresa de los comicios afirmó: "La ciudadanía le da la responsabilidad a unos de ser oficialismo y a otros les da la enorme responsabilidad de ser la oposición. Y nosotros vamos a construir desde ese lugar que la Ciudad nos ha dado honrando ese compromiso", reiteró Lousteau.
En ambos búnkeres se tomaban en cuenta algunos números clave que dejaron los comicios. La cantidad de votantes totales fue del 69 por ciento del total del padrón, unos cuatro puntos menos que en la primera vuelta. "Mucha gente se fue de vacaciones y, además, todo el kirchnerismo, o un gran porcentaje, fue a votar a Lousteau", dijo una alta fuente de Pro, aún sorprendido por el resultado y apuntando al kirchnerismo. "Fue un gran triunfo y la consolidación de una buena gestión en la ciudad. Le ganamos a un excelente candidato como Lousteau y al voto útil que se trasladó para entorpecer el camino de Mauricio a la Presidencia", dijo a LA NACION el ministro de Gobierno, Emilio Monzó, encargado junto a Peña del armado nacional del proyecto presidencial de Macri. Juan Pablo Piccardo, titular de Sbase, también hacía una lectura positiva. "El socialismo ganó en Santa Fe por 1700 votos, y Schiaretti ganó por poco en Córdoba. Acá Mauricio les ganó a todos los presidenciales juntos", agregó el funcionario porteño.
Todo indica que también puertas adentro de Pro comenzará algún tipo de pase de facturas por lo ocurrido. Desorientados, algunos dirigentes planteaban por lo bajo la verosimilitud de las encuestas, que incluso en la última semana daban diez puntos arriba a Rodríguez Larreta, más de la mitad de la diferencia que finalmente se dio. Exultante, el jefe de gobierno electo agradeció a su familia y prometió convocar a "todos mis rivales" para colaborar en su próxima gestión.