Las abundantes precipitaciones ocurridas desde febrero en distintas regiones productivas del país han generado excesos hídricos que provocaron el anegamiento, falta de piso y ascenso de napas en campos, y la intransitabilidad de caminos rurales en numerosas localidades. Como consecuencia, se ha retrasado la cosecha de soja y maíz, mientras que la siembra de trigo y otros cultivos de invierno se ha visto demorada y en algunos casos ya no será posible sembrarlos. También se perdieron sectores de cultivos que no pudieron levantarse. Además, preocupa la compactación y huellas profundas que dejará el paso de la maquinaria en húmedo.
Si bien la cantidad de agua caída ha sido importante, los problemas ocasionados se agudizaron por distintas causas. Por un lado, el desplazamiento de las gramíneas de invierno redujo el consumo de agua del suelo (en algunos casos a la mitad) y originó excedentes hídricos al dejar como único cultivo anual a la soja. Otro factor fundamental, ha sido la falta de inversión en obras de infraestructura (canales) y en mantenimiento de caminos, según señaló el portal Punto Biz.
La situación es preocupante y urge articular acciones entre el Estado y los productores para darle solución. En el informe de situación realizado por Aapresid se recogen los testimonios de socios de sus distintas Regionales e imágenes elocuentes de lo que sucede en el campo.
En el caso del sur de Santa Fe, además de los efectos climáticos, los lugareños afirman que la situación de algunos campos y la manera en que los propietarios drenan los afluentes a través de canales, agravan el problema.
Toda el agua acumulada, la de las lluvias y de los campos, rebalsa las lagunas de la zona, que por la disposición de lo bajo de los terrenos, forma un paredón y no corre por donde debe salir. Las inundaciones causan en el ámbito rural daños directos que comprometen la viabilidad económica de los sistemas productivos, aparecen los canales clandestinos, desaparecen los caminos por anegación, los campos pierden piso para la siembra o lo que queda de cosecha, etc.
“Sumando las precipitaciones de enero a las recientes de mayo y junio, llovieron más de 1.000 milímetros. Este es el equivalente a la cantidad que normalmente puede registrarse en un año, como consecuencia, en varios puntos, el agua brota del suelo y es alarmante", señalaron.
Además de los efectos climáticos, los lugareños afirman que la situación de algunos campos y la manera en que los propietarios drenan los afluentes a través de canales, agravan el problema.
Toda el agua acumulada, la de las lluvias y de los campos, rebalsa las lagunas de la zona, que por la disposición de lo bajo de los terrenos, forma un paredón y no corre por donde debe salir. Las inundaciones causan en el ámbito rural daños directos que comprometen la viabilidad económica de los sistemas productivos, aparecen los canales clandestinos, desaparecen los caminos por anegación, los campos pierden piso para la siembra o lo que queda de cosecha, etc.
Las continuas precipitaciones registradas durante el otoño generaron excesos hídricos en los campos, y también en los accesos a los lotes, los cuales no permiten el ingreso de las maquinarias. Hay lotes que llevan varias semanas manteniendo condiciones húmedas y ya presentan vainas manchadas, mientras que cuadros aislados ubicados en relieves bajos registran mermas de calidad en el poroto.