La culpa no la tiene el chancho, sino quien le da de comer. El refrán cae como anillo al dedo para entender la realidad del sector agrícola.
Es, en realidad, el contexto económico e institucional, derivado de las actuales políticas públicas- oportunistas y cortoplacistas- el responsable en la demora del productor para tomar decisiones de venta.
Por un lado, el productor sabe que el tipo de cambio oficial "mejora" a una tasa del 50 por ciento aproximadamente.Y esta tasa está atada al valor de los granos.
Por otra parte, teme que se registre una macrodevaluación súbita del malogrado peso, con el objeto de elevar la reducida competitividad urbano- industrial.
Por eso huye del dinero local y permanece en granos, no sólo como reserva de valor (contra la inflación y la devaluación) sino también como moneda de cambio.