Nadie apuesta que podría seguir aguantando en pie un tercer round con escasez de agua. Por donde se la mire la situación es límite. Para colmo los pronósticos del clima no observan una tregua para el próximo ciclo: habrá que conformarse con un milimetraje superior a la del año pasado pero inferior al promedio. A seguir sufriendo. Por más que son muy pocos los bolsillos que pueden bancar los costos de vivir casi sin ingresos después de haber invertido en dos siembras, el deterioro que sufren los productores supera lo económico. El ánimo está por el suelo y fue el desencadenante para que algunos ya se decidieran a tirar la toalla. Por eso la sentencia de Luis Alberto Miretti, un productor cordobés que se vino a Quimili, Santiago del Estero, a buscar escala para su empresa. "Hablando mal y pronto, esto no es para cagones", dijo. Miretti y su familia le vienen peleando a la seca gracias a que no hacen sólo agricultura sino que la integran con la ganadería. Grano que convierten en carne. Pérdidas que todavía se pueden sostener con una jaula de gordos.

Para el desarrollo de las fronteras agrícolas del norte, es innegable el papel protagónico que tuvo el paquete tecnológico de la siembra directa. Con la seca del año pasado saltaron nuevamente las diferencias de rinde en lotes que tenían un historial de directa contra lotes que no la tenían o tenían pocos anos. Pero para jugar en el norte o en las zonas marginales, donde son más los años malos o regulares que los buenos, con esto sólo no alcanza. Por lo que se puede observar entre los productores sobrevivientes es necesario además tener una estrategia que disminuya el riesgo. Los sistemas mixtos son una alternativa. Lo mismo que la ingeniería financiera o la asociación de recursos y esfuerzos. También hay que consignar que el riego empresario para producir en la frontera agrícola está directamente vinculado a la calidad de los proveedores de servicios, sean estos trabajos de siembra, fumigación o asesoramiento.

A esta altura del partido se sabe que nadie puede crecer solo. En este sentido, es interesante observar lo que ocurrió en Quimili, Santiago del Estero, en estos últimos diez años. La oferta de servicios se multiplicó en la medida que mejoro la infraestructura. Van de la mano porque nada se puede establecer en un páramo. Así ,en un circulo virtuoso e ideal, porque pocas veces se cumple, los impuestos que vuelven en infraestructura posibilitan el desarrollo de las regiones mas postergadas del país. Claro, esto se cumple en la medida que la presión impositiva no termine ahogando el impulso productivo como es la situación actual. O entendiendo la necesidad de postergar impuesto decretando las emergencias agropecuarias. De otra forma se puede llegar a vivir situaciones disparatadas como la de los ganaderos que se vieron obligados a vender la hacienda por la seca terminen pagando a fin de año el 35% del impuesto a las ganancias. De postergar este impuesto se le da la chance de esperar la recomposición de los campos y volver a comprar las vacas. Vale recordar que se estima que Salta ya perdió cerca del 25% del stock vacuno por la seca. Los productores del Norte se preparan para pelear un tercer round que será definitorio.