Lo tomé como un honor, pero en la Presidencia me dijeron que mejor lo tomara como un servicio a la causa. "No te hagás el vivo, ¿Ok?" La consigna era no incomodar a la señora. "Nada de complicarle la vida. Más que preguntas, ella espera que le tires centros."
Obviamente dije que estaba de acuerdo, pero me permití sugerirles algo. Ese tenor de entrevista complaciente estaba bien en el caso de Solita, porque es una actriz, y en el de Brienza, que dejó el periodismo para dedicarse a la militancia. En mi caso, que sigo trabajando en un diario, era conveniente que la careteara un poco, que las preguntas tuvieran algo de sal y pimienta. Me dijeron que no, que dejara los condimentos para Massa o Macri. Con ella sólo podía usar edulcorante. Igual, como verán, no me entregué tan fácil. El resultado fue un diálogo profundo, revelador, y por momentos picante.
-Señora, ¡gracias! ¿Sabe la cantidad de periodistas que quisieran estar en mi lugar?
-Lo sé, y por eso he decidido hacerlo todas las semanas. Vivimos en democracia y corresponde que esté abierta a la requisitoria de la prensa. En los próximos días me entrevistarán Víctor Hugo y Barone.
-Yo hablaba de periodistas...
-Sí, Tiempo me va a mandar uno.
-Me gustaría tocar temas de actualidad. El miércoles el ministro Sileoni dijo que la crisis educativa viene desde 1810. ¿Coincide?
-Obvio. El 25 de mayo de ese año la plaza se llenó de maestros que faltaron a clase. Y peor la inseguridad, que empezó en 1536, cuando los indios querandíes invadieron la recién fundada ciudad de Buenos Aires.
-Estos días hubo muchas otras frases polémicas. Buzzi, de la Mesa de Enlace, dijo que en París la leche es más barata que acá.
-Es verdad, pero hay que sumarle lo que cuesta ir a París a comprarla.
-Y su hija, Florencia, comentó que todos deberían tener acceso a las cosas que tienen los de las clases media y alta. ¿Quiso decir que hoy las clases bajas están postergadas?
-Florencia es como yo: lleva la reivindicación social en la sangre. Y, como toda persona del mundo del cine, es un poco soñadora. Ella se educó en colegios privados, estudió en Nueva York, le gusta viajar por Europa y sus padres amasaron una fortuna de unos 17 millones de dólares. Entonces, quiere eso para todo el mundo. Pero claro, no todos tienen una madre que es una abogada exitosa. Además, cuando le dije que en las villas proliferaban las antenas de DirectTV se quedó más tranquila.
-¿Qué opina del procesamiento de Moreno por abuso de autoridad?
-Que es un abuso de autoridad del juez.
-¿Ha pensado en medidas para paliar la emergencia económica que vive el país?
-¿De dónde sacó esa locura? Nuestra economía está más robusta que nunca: crecemos a tasas chinas, baja el desempleo, florece la industria, estalla el consumo, aumenta el salario real? No repita usted como un lorito que estamos en crisis.
-Disculpe, señora, es que usted acaba de pedirle al Congreso que prorrogue la ley de emergencia económica?
-Ah, es cierto. Pero en realidad hablamos de emergencia en el sentido de una economía que emerge, de un país que estaba hundido y emerge.
-Nuestro eslogan de campaña en las primarias fue "En la vida hay que elegir". Como la gente eligió mayoritariamente a la oposición, ¿está pensando en cambiar el eslogan?
-Sí, estoy pensando en algunas variantes. Podría ser "en la vida hay que saber elegir", "en la vida hay que elegir a Insaurralde" o "el que elige a Massa no merece elegir".
-Scioli repentinamente se endureció con la inseguridad, y lo mismo Insaurralde. Pero nosotros siempre fuimos garantistas. ¿Qué pasó?
-Es la campaña. Yo fui muy dura con ellos por lo de las PASO, y entonces ellos endurecieron el discurso. Después de octubre seré muy dura con los duros. No es una dureza que les vaya a durar.
-¿Por qué el presupuesto de 2014 destina menos fondos para combatir la inseguridad?
-Porque es un presupuesto garantista, y además el año que viene no hay elecciones.
-Esta semana el Papa dijo que no se puede gobernar sin amor al pueblo y sin humildad. ¿Por quién lo habrá dicho?
-Por Macri. Lo dijo poco antes de recibirlo en el Vaticano. Francisco no da puntada sin hilo.
-Señora, ¿cómo imagina sus dos últimos años de gobierno? Que ojalá no sean los últimos?
-Difíciles. Vamos a tener unos 200 intentos de golpe, los pocos medios opositores que quedan nos van a hacer la vida imposible, a Moreno le va a costar esconder la inflación, Scioli intentará despegarse, habrá un corrimiento de muchos de los nuestros hacia Massa o hacia Scioli y los jueces jugarán a ser independientes. Pero venceremos. Superaremos esas dificultades con nuestras armas: más discursos míos, más cataratas de tuits, más relato, más epopeya.
-Última pregunta. ¿Se arrepiente de algo?
-Sí, de esta entrevista.