Entre ellas se destacan ácidos grasos esenciales como el Omega 3 y 6, antioxidantes, proteínas, aminoácidos, vitaminas del grupo B, minerales y fibra. Sumado a ello, el precio de comercialización que tiene la semilla (la tonelada en el mercado se cotiza a u$s 8.000) también impulsa su siembra.

Por esto, es fundamental minimizar las pérdidas en el cultivo. Sin embargo, en el ámbito mundial existen escasos estudios o antecedentes sobre calibración de las máquinas en la cosecha mecanizada de chía para poder lograrlo.

Ante esta realidad, técnicos del INTA Famaillá, enmarcados en el Proyecto Regional Tucumán Sur y el Programa Nacional de Agroindustrias y Agregado de Valor, realizaron un estudio con una serie de calibraciones en la cosechadora para reducir las pérdidas. De este modo pudieron determinar cuantitativamente no sólo las pérdidas de granos, sino también el origen de las mismas, es decir, si son de plataforma o cola de la máquina.

La investigación se desarrolló en condiciones climatológicas ideales, el 29 de junio de 2013, cuando el cultivo se encontraba en el momento oportuno de cosecha con un rendimiento medido de 600 Kg/ha.

Para la experiencia se trabajó con una cosechadora Don Roque 150, equipada con zarandas para trilla de sorgo, con una regulación estándar del sistema de trilla y una apertura delantera de 15 mm y trasera de 5 mm entre el cilindro de trilla y el cóncavo. Se probaron dos regímenes de revoluciones (750 y 1000 rpm) y dos regulaciones del ventilador en el sistema de limpieza de la máquina (750 y 650 rpm), con una orientación de las aletas del ventilador hacia la salida del sistema de trilla y hacia atrás. La velocidad de avance fue constante a 3 km/h.

La medición de las pérdidas se realizó con la metodología INTA PRECOP, mediante cuatro aros ciegos de ¼ de m2. Se midieron pérdidas totales y pérdidas por cola y cabezal de la cosechadora, en 10 repeticiones. Para analizar las pérdidas, se separó el grano de la paja y granza por medio de una zaranda manual de 3 mm de tajo. Posteriormente, se procedió a la limpieza de los granos con una tela mosquitera y al pesaje de los mismos.

La 1° calibración de la máquina fue con el ventilador de limpieza a 1000 rpm, orientado hacia el centro y fin de zarandas, con el cilindro de trilla a 750 rpm. En este caso se registró una pérdida total de 115 kg/ha. De ese total, el 79,2% (91 kg/ha) correspondió a pérdidas por cola, mientras que el 20,8% (24 kg/ha) restante se perdió por el trabajo del cabezal.

La 2° calibración fue con el ventilador de limpieza a 650 rpm (velocidad mínima de la máquina), orientada hacia adelante, con el cilindro de trilla a 1000 rpm. De la pérdida total (54 Kg/ha) obtenida, el 76% (41 kg/ha) fue por cola de la cosechadora y el 24% por cabezal.

“Con las calibraciones del tratamiento 2 logramos reducir la pérdida total de 115 a 54 kg/ha, con lo cual recuperamos alrededor de 61 kg/ha. Económicamente esto significa un ahorro de 488 u$s/ha. De este modo pudimos obtener una excelente calidad del material, manejando únicamente calibraciones en la velocidad de avance, dirección del viento y rpm del cilindro trillador”, explicaron los Ings. Agrs. Ricardo Rodríguez y Luis Vicini.