Como si dos topadoras se enfrentasen en duelo mortal, los precios del maíz y de la soja, entre ambas, quedan cada vez más apretados.

Por un lado camina la topadora que amenaza una desaceleración en la economía asiática, fundamentalmente de China, a la que se agrega la suba de la tasa de interés en EE.UU. y la apreciación del dólar respecto a las demás divisas.

Tal presión actúa sobre los precios de los commodities y por ende de los granos, básicamente del maíz y de la soja.

Por otra parte, avanza la máquina que genera expectativas cada vez más favorables a una gran cosecha en EE.UU. de la mano del clima, hasta ahora, benigno.

Los mercados aguardan una producción récord de maíz 2013/2014 en este país; y la expectativa se agudiza frente a la inminencia de la floración, que definirá su potencial de rendimiento. Si hubiese abundante lluvias, el récord ansiado podría verificarse. De lo contrario, el globo podría, si no pincharse, desinflarse con fuerza.

Las expectativas de producción tan favorables –y que siguen creciendo- están bien expuestas en los informes de renombre.

En la previa del nuevo informe mensual del USDA, Informa Economics prevé la cosecha en un récord de 362,19 millones de toneladas, por arriba del volumen estimado el mes pasado en 357,60 millones.

Respecto al mismo país, Informa Economics también acaba de subir su estimación de cosecha. Pasa de 91,61 a 91,88 millones de toneladas. A su vez, Lanworth (Thomson Reuters Commodities Research) ha aumentado la proyección de 90,90 a 91,45 millones.

Obviamente, con un cuadro de expectativas enormemente favorables a la oferta y un contexto financiero-económico negativo, los precios en los mercados futuros tienden a decaer.

El fenómeno se advierte, muy especialmente, en las posiciones más alejadas. Porque cuando se trata del disponible, los valores soportan estoicamente las fuerzas negativas gracias a los reducidos stocks existentes en América del Norte y en nuestra región. Merced a la actual escasez de stocks y a la acción de los fondos, el presente es interesante.

Una mirada a los cuadros de precios internacionales clarifica el fenómeno. La diferencia de valores entre el presente y el futuro es alarmante.

Veamos el caso más notable: la soja.

Mientras que el disponible supera el precio de USD 580 por tonelada, las posiciones del año que viene se aproximan a USD 460. La diferencia respecto al presente es tremendamente negativa y llega a cerca de USD 120.


Aunque con características algo distintas, el caso del maíz es similar. Y la diferencia negativa entre el presente y la posición diciembre gira en torno a USD 70 por tonelada. Si, señores, los valores caen cerca de USD 70 para fin de año.

Ello marca una visión muy optimista respecto a la floración.


Este mes de julio será decisivo para los precios. Se viene la floración y de ella dependerá buena parte de los valores.