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Sergio Massa oficializará hoy, antes de las 23.59, su lista de diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires. Pero no todo el misterio que ha rodeado la postulación del intendente de Tigre en los últimos meses se ha disipado con esa decisión. Cerca de Massa un grupo aseguraba que la presentación se haría a las 18 en el Museo de Arte Tigre, pero uno de sus asesores de mayor confianza dejaba abierta la puerta p ara que el candidato fuera Darío Giustozzi. Era el epílogo de una larguísima jornada que incluyó una reunión entre Massa y Daniel Scioli en La Ñata, la casa del gobernador, para negociar –como lo habían hecho el miércoles, como reveló Clarín en exclusiva– un frente para competir contra el Gobierno en el principal distrito del país. Paradójicamente, el gobernador había sido convocado a una reunión de urgencia con Cristina Kirchner en la residencia de Olivos y en las filas sciolistas no podían asegurar en qué vereda iba a terminar jugando su jefe.

Massa también se vio en persona con Francisco de Narváez, hasta ahora uno de sus rivales directos, para explorar un frente que los contenga a todos. Pero hasta el cierre de esta edición cada uno iba por su lado. La traba: de Narváez se habría plantado con un esquema similar al que tenía antes de ese diálogo y que incluiría referentes del moyanismo. Massa no quiere un frente dominado por el antikirchnerismo, aunque sí pudo cerrar ayer el acuerdo que venía tejiendo con los intendentes macristas.

Mientras negociaba con Massa, Scioli recibió un llamado en el que lo citaban a una reunión en la Quinta de Olivos con Cristina Kirchner para diagramar el esquema electoral oficialista. Se estimaba que la Presidenta lo iba a presionar para que se encolumne detrás de los candidatos K e incluso hasta con su propia candidatura. “Cuando se produjo el llamado por parte de la presidenta, Daniel y Sergio estaban diseñando las listas para ir juntos”, confió una fuente cercana al intendente.

Scioli juega a dos puntas: con la oposición y con el Gobierno.

Tiene un puñado de horas para definirse.

El día previo a que venza el plazo legal para la presentación de candidaturas fue un verdadero hervidero. Ya al mediodía se instaló que Massa estaba reunido con De Narváez (y se decía que pronto llegaría Scioli), pero en verdad esa conversación se había producido la noche anterior, en la casa del diputado. El anfitrión le habría dicho que resignaría el primer lugar para sumarse a su lista como número dos, siempre y cuando se discutiera “de igual a igual”. De Narváez reaccionó ante el rumor de un acuerdo Massa-Scioli, que lo hubiera dejado muy descolocado.

Aunque el intendente de Tigre mandó a negar la información, altas fuentes sciolistas c onfirmaron un encuentro entre el intednente y el gobernador.

Massa insistió con su idea de que Karina Rabolini se incorpore como dos de su nómina, pero Scioli no le respondió. “Lo vimo s muy dubitativo.

No parece propenso a saltar del barco K”, contó un massista que pugnaba por el acuerdo. La idea que ambos habían analizado en su encuentro del miércoles era dar el salto juntos.

La misma sensación de que Scioli duda de dar el salto del universo K, algo que viene insinuando hace varios años y nunca termina de concretarse, le quedó a De Narváez, cuando ayer se reunió con el gobernador en La Ñata.

“Yo voy con mi lista y tengo todo armado”, se le escuchó decir luego al diputado, como para dejar en claro que su postulación no corría ningún peligro.

Es que, entre tantos rumores que dominaron la jornada, una fuente massista había deslizado que estaban tratando de negociar que De Narváez se bajara para no dividir a la oposición.

En el entorno de Mauricio Macri, otra de las patas de la negociación, estaban menos tensos.

Ya daban por hecho un cierre con Massa. No será presentado como un acuerdos de cúpulas, sino como parte de una estrategia de cada territorio. Por lo pronto, los intendentes macristas Jorge Macri (Vicente López) y Gustavo Posse (San Isidro) respiraban aliviados. El massismo se había comprometido a darle s tres lugares más o menos bien ubicados en la lista nacional y cinco en la de legisladores provinciales. “Ahora tenemos un candidato que va a traccionar a favor nuestro”, decían los candidatos a concejales. Si por alguna razón, el acuerdo entre Macri y Massa se llegara a caer (lo cerraron ellos en persona, tal cual contó Clarín ayer), los macristas sólo irían con lista corta en la Provincia.