El reporte de oferta y demanda del USDA, recientemente publicado, no presenta mayores modificaciones respecto al anterior, pese a las demoras registradas en las siembras de EE.UU.
Tal postura enciende una luz de alarma. Porque más lógico hubiese resultado prever una reducción en los abultados niveles de producción estadounidense.
Donde sí ha fijado algún cambio es en el maíz. El reporte ha reducido el rendimiento unitario para EE.UU. en casi 1 quintal por hectárea. Pero con referencia a la soja no ha hecho ninguna variación.
En este sentido, nos permitimos abrir un gran interrogante porque las condiciones climáticas no han sido ideales; ni mucho menos. Sobre todo para el maíz, puesto que los retrasos en las fechas de siembra generan más riesgos. La verdad: esta previsión parece demasiado optimista.
¿Y la soja? Este organismo sigue manteniendo la anterior previsión de rinde. Aparentemente, estima que todavía existe suficiente tiempo para completar la siembra que, como sabemos, no está avanzando como debería. Es cierto que la soja es un cultivo más adaptable a los retrasos que el maíz, pero aún así llama la atención que el organismo no tome en cuenta el mayor riesgo que existe ahora con respecto a campañas normales.
El reporte sostiene que, pese al acentuado retraso en la siembra, tanto del maíz como de la soja, por el exceso de humedad, con inundaciones, y los fuertes fríos de esta primavera, la campaña se encamina hacia una cosecha récord.
¿Será realmente así? Desde acá, muchas son las dudas que surgen.
Curiosamente, el USDA toma sus recaudos al advertir que “dado que las siembras en el hemisferio norte están aún en camino… estas proyecciones son de carácter sumamente tentativo”
La advertencia no es menor dada la experiencia de los últimos años. Sobre todo con referencia al reporte correspondiente a la campaña anterior.
Por ejemplo, vamos a junio del año pasado. Para la cosecha estadounidense (12/13), el USDA había estimado una cosecha de 375,68 millones de toneladas y terminó en tan sólo 273,8. Una baja impresionante.
Con respecto a la soja, la estimación también quedó alejada de la realidad. Y aunque no resultó tan impactante fue muy visible. Se había previsto una cosecha de 87,23 millones de toneladas y finalizó en un volumen de apenas 83,80.
No queremos aguarle la fiesta a EE.UU. Sólo pretendemos poner paños fríos sobre expectativas que podrían ser exageradas. La experiencia muestra que los números deben tomarse con pinzas.
Así las cosas, la expectativa sobre una producción de maíz de 356 millones de toneladas, todavía más alta que la del anterior informe, puede resultar en un fiasco.
Con relación al mundo, los cálculos muestran una suave caída respecto a la producción y por lo tanto al nivel de stocks estimados. De un cálculo de 154,6 millones de toneladas, el USDA ha pasado a 151,8 millones.
Como lo revela el cuadro, los stocks previstos para la nueva campaña siguen siendo muy elevados. Aunque en menor grado, también los de la soja.
¿Qué pasaría si las condiciones climáticas no fuesen tan buenas? El mercado climático del hemisferio norte, fundamentalmente de EE.UU., nos irá dando la respuesta.