Informe del Lic. Jorge Ingaramo, asesor económico de la Asociación Argentina de Girasol (ASAGIR)
Mientras se espera una buena siembra de girasol en Chaco, el USDA se mantiene inmutable, se espera una impactante cosecha de girasol en el Hemisferio Norte y la continuación del “palmazo” -un aumento desmedido de las exportaciones de aceite de palma-. Los valores internacionales de nuestro aceite mejoraron en mayo y son los que mejor soportaron la baja anual generalizada. El girasol mantendrá jugosas primas respecto a sus competidores ya que la calidad se paga.
En la Argentina no ha habido información institucional que se adicione a la ya comentada en nuestro último informe de mayo. La única estimación de intención de siembra con que contamos es para la región NEA que, en la conceptualización de la Bolsa de Cereales, incluye básicamente a la provincia de Chaco.
En dicho informe se comenta que por segundo año consecutivo el factor climático no acompañó en el último verano a cultivos como la soja, el maíz o el sorgo. Debido a esto, la recomposición financiera de las empresas debería resolverse a partir de una buena siembra de trigo -improbable a la luz de las escasas lluvias- o por el mantenimiento y/o ampliación del área girasolera, cultivo más resistente a la falta de agua, que admite tecnológicamente opciones que aprovechan de manera más o menos eficiente la poca humedad en superficie al momento de la implantación.
Para la Bolsa, la disposición a sembrar en Chaco era, hace más de un mes, la misma de la campaña pasada, es decir unas 370.000 hectáreas. Estas se lograrían implantar en la medida en que se pueda aprovechar la ventana de siembra que en la provincia se inicia a fines de julio y soporta más de dos meses, a la espera de la oportuna humedad.
El informe del USDA
A raíz de los atrasos de las siembras en los EE.UU. había gran expectativa por el informe del USDA aparecido el miércoles 12 de junio. Es más, el mercado, o al menos algunos Fondos de Inversión, indujeron un alza en los valores, tanto corrientes como para fines de la cosecha norteamericana, que se vio desmentida por la baja que sucedió a la mencionada publicación.
Sin embargo no hay, en lo que atañe a las siete principales semillas oleaginosas, modificaciones sustantivas con respecto al informe de mayo pasado. Inclusive para el caso de la soja, cultivo que, junto al maíz, más dudas abrigaba sobre rendimientos en los EE.UU. Tampoco hay cambios significativos en los principales aceites, sólo una leve caída en las exportaciones totales de los nueve principales (0,2%), que no puede atribuirse a uno de ellos en particular.
Por ende, corresponde efectuar la comparación con lo que espera esa
institución para la campaña mundial 2013/14, en relación a la precedente. En ese
sentido, sostiene:
La producción de las siete principales oleaginosas crecerá 4,9% y la molienda lo
hará al 3,2%. Para el caso de nuestro cultivo, las subas son mucho más
pronunciadas: 10,8% para la producción y 6,6% para la molienda.
El USDA espera una producción en la Argentina, de 3,4 M de ton, es decir un 6,3% más que el año anterior. Nuestros tres principales competidores del Hemisferio Norte tendrían, conjuntamente, un incremento de 3,3 M de ton en su oferta, es decir 13,9%. La producción mundial alcanzaría los 40,3 M de ton; es decir 3,9 M de ton más que el año pasado. Como se dijo, no hubo modificaciones sustantivas en relación al informe de mayo.
La producción mundial de los principales aceites crecería 3,9% mientras que el consumo lo haría apenas un 3%, guarismo similar a la suba en las exportaciones. Así, se acumularían stocks de los nueve principales aceites por 9,3% adicional. El ratio de existencias a consumo pasaría de 11,5 a 12,3%.
Particularmente para el girasol, la producción crecería mucho más que el consumo (6,5 versus 2,7%). Por suerte, las exportaciones lo harían al 5,8%. Entretanto, la acumulación de stocks sería del 11% y la relación con el consumo pasaría de 17,9 a 19,3%.
En la Unión Europea, principal mercado demandante de nuestro aceite, se mantendrá el uso industrial del de canola, en torno a las 6,9 M de ton, la mayor parte destinado a la producción de biodiesel. Por su parte, el uso alimentario del aceite de girasol, se mantendrá en los 3,5 M de ton, prácticamente sin modificaciones. La calidad resiste las crisis.
Precios y mercados
Los valores promedio Rotterdam para el mes de mayo de los cuatro principales aceites tuvieron tendencias disímiles en su comparación con la media de abril: así, nuestro aceite y el de palma experimentaron subas del 2,2 y 0,3%, mientras que los de soja y canola cayeron 2,0 y 1,8%, respectivamente.
En la comparación interanual de valores promedio (con mayo de 2012), el aceite de girasol es el que registra menor baja, con 3,8%; si se lo compara con mermas del 9,6; 11,9 y 25,1%, observadas en los de canola, soja y palma. Se recuerda que la presión que ejerció la exportación de aceite de palma fue notoriamente bajista, tal cual lo revela el diferencial entre las diversas caídas. El de girasol, de mayor calidad, se salvó dado que se mantuvo cierta segmentación (en el consumo), principalmente reflejada en los contratos destino Rotterdam.
El aceite de girasol cerró (13/06/13) en la posición julio-Rotterdam 1.222,50 U$S/tn; registrando idéntico valor hasta septiembre del corriente año. La posición enero-marzo de 2014, lo hizo prácticamente 100 U$S por debajo del corriente, es decir 1.127,5 U$S/tn.
Las primas actuales de nuestro aceite reflejan su escasez relativa o la preferencia de los mercados de mayor poder adquisitivo: alcanzan a 8; 22,4 y 52,3%, con respecto a los precios de los aceites de canola, soja y palma. Las primas, para la posición enero-marzo 2014, bajan a 6,4 sobre canola y 12,9 sobre soja.
El MINAGRI publicó valores FOB de 1.115 y 938 U$S/tn para los aceites de girasol y soja, registrando el nuestro una mejora interanual del 1,4%, mientras que el de soja experimenta una caída del 12,3%.
Las fábricas pagan un valor Rosario de 1.640 $/tn, es decir unos 310 dólares oficiales, aproximadamente. En la zona de Cañuelas, ofrecen 1.540 $/tn, con pago a cuatro días. No se registran, al menos públicamente, valores forward para la próxima campaña.