La trilla del maíz ya esté en marcha en nuestro país. En forma plena en el norte. Y en forma parcial, con algunos lotes muy tempranos o pisingallo en la zona núcleo.

Según GEA, la cosecha total alcanzará un volumen de 25,5 millones de toneladas.

La cifra parece demasiado optimista. De hecho, ayer la firma Lanworth previó una cosecha de 24,9 millones de toneladas.

Según la información que recibimos, es más probable una cifra de 24 millones de toneladas.

Lanworth estimó también la producción de Brasil. Ahora espera un volumen de 76,9 millones de toneladas. La CONAB, a su vez, habla de 76 millones. Con tal cifra, la capacidad de exportación lo pondría en el segundo lugar en el ranking de exportadores del mundo.

Queda así desplazada la Argentina. Pues ésta apenas podría tener una capacidad de exportación de 16 millones de toneladas. En tanto Brasil se acercaría a 19 millones de toneladas.

No sólo eso. Es posible que Brasil llegue a exportar, entre septiembre de 2012 y agosto de 2013, un volumen superior al de EE.UU. Superaría así al gigante, tradicional primer exportador mundial. Recordemos que hasta la década de 1980, Brasil era importador. Un avance increíble.

Sin embargo el país tiene un cuello de botella que presiona en suba sobre los precios.

Brasil carece de infraestructura adecuada y la logística todavía resulta primitiva para el gran volumen que dispone. Las demoras que deben sufrir los buques son alarmantes.

Por ello, aún cuando hay una gran oferta en este país, la demanda sigue buscando alternativas en EE.UU. Tal cuello de botella es un soporte en los precios en un momento en que la oferta comienza a crecer geométricamente.

En fin, la realidad es que la estacionalidad marcaría una baja en los valores.

Sin embargo, podría no darse o, al menos, no verificarse en forma demasiado notable.

En definitiva, los stocks mundiales están muy bajos. Y la promesa de una gran cosecha en EE.UU. es, por ahora, eso: una promesa.