El Congreso, en sendas sesiones simultáneas en la Cámara de Diputados y en
el Senado, aprobó ayer un paquete de proyectos de ley que dispone el
agravamiento de penas de determinados delitos, en un intento de dar respuesta
inmediata a la presión ciudadana por mayor seguridad pública.
De las iniciativas aprobadas, sólo una se convirtió en ley: se trata de
aquella que eleva en un tercio las penas para los delitos cometidos con armas de
fuego, para que no sean excarcelables. Las demás recibieron sólo media
sanción y aún no tienen fecha definida para que se conviertan en ley.
Los proyectos se aprobaron por abrumadora mayoría en ambas cámaras; empero, la
oposición no se privó de criticar con dureza al PJ por limitar el abordaje del
problema de la inseguridad por medio de la sanción de leyes con penas más
duras. Los distintos bloques opositores, con sus matices, coincidían en que
esta medida no resultará suficiente y reclamaron, en cambio, una profunda
reestructuración en la Justicia, la policía y el servicio penitenciario.
"No estamos de acuerdo con el endurecimiento de penas porque es un atajo
para evitar tomar las decisiones de fondo que mejoren la situación -enfatizó
Eduardo Macaluse (ARI-Buenos Aires)-. Aclaro que nadie defiende acá a los
delincuentes. Lo que decimos es que hay delincuentes que están mucho más
arriba de los que están detenidos en comisarías, que a veces incluso están
sentados en bancas o en la Casa de Gobierno. Y ahí no hay ninguna punición;
hay impunidad".
Curiosamente, desde el Senado, la esposa del Presidente, Cristina Fernández de
Kirchner (PJ-Santa Cruz), agitaba un argumento similar.
"No es un problema de ideologías, sino de eficacias", enfatizó (de
lo que se informa por separado). Vilma Ibarra, desde el Frente Grande,
coincidía.
"Las causas profundas de la inseguridad no se van a solucionar sólo con
leyes, en particular en un país como la Argentina, con las instituciones
degradadas -enfatizó-. Se llama a la dirigencia política a dar respuestas,
pero en muchos casos se trata de dirigentes sospechados de complicidad con las
redes de corrupción y violencia, en particular con la policía
bonaerense".
Mejor remuneración
Pese a las críticas, las voces que en ambas cámaras revindicaban la urgente
aplicación de penas más duras para ciertos delitos sonaron potentes. Una de
ellas fue la del senador Ricardo Bussi (Fuerza Republicana-Tucumán).
"El ‘garantismo’ ganó espacio a costa del derecho penal argentino
-exclamó-. No sólo hay que endurecer las penas, sino que también hay que
capacitar y mejorar la remuneración de las policías."
Diana Conti (Frepaso-Buenos Aires) reaccionó indignada. "La ‘mano dura’
es puro verso de barricada", retrucó.
En simultáneo, en la Cámara baja los diputados Carlos Ruckauf y Jorge
Casanovas (PJ-Buenos Aires) agitaban con macabros ejemplos su ya conocido
discurso en favor del agravamiento de penas. Y obtuvieron buenos resultados.
"Aquí tengo dos balas -exhibía Ruckauf en el recinto-. Con ambas se
viola, se secuestra y se mata. Pero con una de ellas, la de menor calibre, el
delincuente saldría en libertad; con la otra no. No es justo", exclamó el
legislador, demandando que la portación ilegal de armas, cualquiera sea su
calibre, no sea excarcelable. Fue aceptada.
"Ahora resulta que los adalides parlamentarios de estas leyes son los que
fracasaron en Buenos Aires y dejaron tierra arrasada", cuestionó Macaluse,
en referencia a Ruckauf, mientras que Luis Zamora (Autodeterminación y
Libertad) lo tildaba de "oportunista".
Entre tanta discusión, Juan Carlos Blumberg -que siguió durante todo el día
los debates- levantó la mano para pedir la palabra. Una empleada de la Cámara
se le acercó para decirle que no podía hablar. Que el reglamento de la cámara
sólo autoriza que hablen los legisladores.
Pedido a Beliz
En vano las voces del radicalismo, como la del diputado Hernán Damiani y la de
Mario Losada, exigían la presencia del ministro de Justicia, Gustavo Beliz,
para que explique la política nacional de seguridad.
"A la Justicia le vamos a dar más herramientas, pero queremos que actúen
con más practicidad. Al Poder Ejecutivo, le pedimos que fije el rumbo en este
tema porque el de la seguridad debe ser una política de Estado", enfatizó
el senador radical Jorge Agúndez.
Las fuerzas de centro -agrupadas, en Diputados, en el Interbloque Federal-
también pedían que el problema sea abordado en forma integral.
"Estamos convencidos de que los cambios al Código Penal que se proponen
son ‘retoques cosméticos’. Hace falta un cambio copernicano de la política
criminal, judicial, penitenciaria y carcelaria. Es decir: otra política
arquitectónica en materia de seguridad", enfatizó Jorge Vanossi
(Compromiso para el Cambio-Capital).
Informes: Laura Serra y Gustavo Ybarra.


