Asistimos impávidos, y con algo de incredulidad, al actual nivel de valores en Chicago.

Algo que desde hace dos meses viene en baja, casi sin parar.

En cerca de cuatro años, no habíamos visto un cuadro tan duro.

Este lunes, en Chicago la soja consiguió un leve repunte técnico seguramente de la mano del precio del petróleo y de la especulación que vio una oportunidad para comprar.

Sin embargo, no deberíamos esperar que las subas se afirmen.

¿Por qué? Pues porque, al menos por ahora, las lluvias benefician casi todo el Medio Oeste de EE.UU. en un momento donde se determina el potencial de rinde de la soja.

Los pronósticos extendidos de 8 a 14 días expresan más lluvias, superiores a las marcas normales para este país.

Las precipitaciones se concentran en el centro al este del cinturón sojero/maicero estadounidense.

Mientras tanto la demanda global que debiera venir de China sigue durmiendo una suerte de siesta y su debilidad impacta en los precios.

Este cuadro golpea especialmente a EE.UU. pues los compradores asiáticos se dirigen a Brasil, donde el real sigue depreciado y, por ende, la soja resulta más competitiva.