La tendencia orientada a encontrar nuevas formas de nutrir los suelos, combinando el reciclado de residuos urbanos con la reducción de costos, encuentra una expresión en los biosólidos.

Se obtienen a partir de la mezcla de desechos líquidos y sólidos derivada de la actividad humana, desde la higiene hasta la alimentación, y constituyen una alternativa a los fertilizantes químicos convencionales.

Nuevo uso

A partir de su uso como fertilizantes, los biosólidos se han convertido en el negocio de empresas que operan como centros de recuperación de recursos.

Se encargan de recoger materia orgánica que, de otra manera, terminaría en basurales y resumideros y la procesan mediante hidrólisis térmica.

Es el sistema que desintegra la estructura celular y los materiales orgánicos y disuelve los polímeros celulares naturales.

Los residuos contienen, por ejemplo, restos de alimentos por lo que el sistema ayuda a completar un círculo de uso y reutilización.

Aplicaciones

Al igual que el estiércol, los biosólidos tienen un alto contenido de nutrientes orgánicos que se liberan lentamente, con el tiempo, brindando beneficios durante varios años.
Para la aplicación de este tipo de fertilizantes orgánicos, se utilizan máquinas neumáticas adaptadas en sus dispositivos de esparcido.

Generalmente, cuentan con ruedas cortadoras incorporadoras y tubos para la descarga del material

También se emplean las estercoleras convencionales con los sistemas de inyección que son propios en la distribución de purines.

Fuente: MaquiNAC