Colombia y el mundo avanzan en los planes para que se integren combustibles sostenibles para la aviación (SAF), lo cual va a requerir medidas de política pública.
Al respecto, Agustín Torroba, secretario técnico de la Coalición Panamericana de Biocombustibles Líquidos, explicó que el hemisferio es el mayor productor de biocombustibles y gracias a la importante disponibilidad de biomasa podrá ser uno de los grandes jugadores para esta nueva generación de energéticos para la movilidad.
(Le puede interesar: Uso de biocombustibles ha evitado la emisión de 34 millones de toneladas de CO2)

¿Qué países son los mayores jugadores en el entorno de los biocombustibles?

El hemisferio es el gran productor de biocombustibles del mundo. Los principales combustibles de este tipo son el bioetanol y el biodiésel y la estimación es que 65% es etanol. El continente produce aproximadamente el 85% del etanol del mundo y más del 35% del biodiésel. De esta forma, la región genera más de 70% de todos los biocombustibles del mundo.

Esto se explica porque hay disponibilidad de las materias primas biológicas como el maíz, la caña de azúcar, la palma o la soya. Estos están en abundancia, son económicos y son sostenibles. También hay arreglos institucionales de política pública, que hacen que los países usen con distintos grados de intensidad estos biocombustibles.

Brasil es el país estrella porque fue el primero que desarrolló el bioetanol en los años 70, tras un pico de precios del petróleo muy alto que hizo que tomara una estrategia energética para promover la seguridad energética. Entonces reemplazaron la importación por producción de alcohol carburante de fuentes vegetales.

(Le sugerimos: En 10 años, la producción de caña para etanol se duplicaría en el país)
Hoy Brasil tiene la política pública más potente del mundo en este sentido, con mezclas de 27% de alcohol en la gasolina y además pueden cargar voluntariamente solo bioetanol. Por eso reemplazan entre 40 y 50% de su gasolina consumo por este combustible.

Otro de los más avanzados es Paraguay, que tiene una mezcla del 25% de etanol y un 5% de biodiésel; Argentina tiene un 12% de etanol y un 5% de biodiésel; Uruguay tiene un 9,5% de etanol y 7,8% de etanol. Colombia está en la mitad, con 10% en ambos.
¿Qué ha explicado que el desarrollo sea mayor en unos países?

¿Por qué es el etanol el que más se produce?

El etanol tiene más historia, lo que ha permitido tener una mayor curva de aprendizaje. En los últimos años se ha visto que el biodiésel es el que más crece y que más desarrollo está teniendo, como el caso de la tecnología HVO.

¿Cuáles son los mayores productores de la región?

Estados Unidos es el mayor productor con 65 millones de metros cúbicos de etanol, luego viene Brasil, Argentina y después Colombia. Hay otros países que no consumen localmente pero exportan, como Guatemala o Costa Rica.

¿Qué posibilidad tiene la región de incrementar la producción de estos biocombustibles?

Vamos a necesitar que se arme una industria masiva para la entrada de los combustibles sostenibles para la aviación (SAF), porque tenemos mucha disponibilidad de materia prima. Tenemos la posibilidad de mejorar la productividad en la producción.

En algunos lugares del mundo la electromovilidad está avanzando, pero ese no es el caso de nuestra región, donde menos del 1% de los vehículos son eléctricos. La única forma de descarbonizar el sector transporte para la región es con biocombustible.
En caso de que la electromovilidad avance en esas regiones, puede caer la demanda de biodiésel y bioetanol. Pero puede generar excedentes que permitan la producción de SAF. Por eso la región está llamada a ser la gran proveedora de materias primas de la nueva generación de estos combustibles.

¿Qué inversión mueve la industria en el continente americano?

En todo el hemisferio debe ser una inversión de cerca de US$100.000 millones.

¿Qué avances y retos tiene la región en términos de SAF?

Hay una ventaja técnica, porque hoy cualquier avión puede usar hasta 50% de SAF y hay un compromiso para que que después de 2030 todos los nuevos aviones funcionen totalmente con SAF. Para lograr la descarbonización se va a necesitar reemplazar el combustible tradicional por este, que se espera que llegue a una mezcla de 65% a nivel global. Hoy es más caro y nadie quiere pagar de más.

Hoy la región tiene materia prima, es económica y sostenible, pero necesitamos armar la regulación y la legislación. Hay unos avances, como lo que ha visto en Estados Unidos que busca que a 2050 busca reemplazar todo el consumo por SAF.

¿Qué acciones se deberían tomar para fomentar el avance de los combustibles sostenibles para la aviación?

Se requiere que estos cumplan una serie de características de calidad y debe ser sostenible. Para esto hay criterios definidos por la Organización Internacional de Aviación Civil (Oaci), aunque son diferentes a los definidos por la Unión Europea. Por eso se necesita que se compatibilicen los criterios y que así se pueda producir y exportar a estos países.

En Europa se están prohibiendo combustibles provenientes de materias primas como las que tiene la región. Por eso se necesita una posición común como región para que se llegue a un solo estándar y se pueda tener una red comercial.

Una vez pase esto la inversión va a llegar sola, porque hay suficiente biomasa.

¿Cuáles son las expectativas de precio que tienen para los biocombustibles?

Hoy el SAF es entre 2 y 3 veces más caro que el fósil. Es una industria muy nueva, porque solo una de las rutas tecnológicas es madura a nivel comercial, que es la de aceites.

Esperamos que a medida que maduren las tecnologías los costos se van a ir reduciendo.
Los precios también incluyen externalidades y debemos internalizar el costo de la sostenibilidad; para eso hay métodos como el impuesto al carbono.

Fuente: Portafolio.co