Sin cambio de escenario para la oleaginosa en Argentina
Las condiciones ambientales del pasado mes de diciembre fueron extremas por la falta de agua y los altísimos valores de temperatura; enero 2022 fue muy dispar en precipitaciones. Lamentablemente, no sucedió lo de un año atrás cuando un inesperado caudal de lluvias de fines de enero y principios de febrero le daba un vuelco a la campaña de soja. El impacto era contundente en el cambio de la condición del cultivo en Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y el norte de Buenos Aires. Hoy esa franja, exceptuando a Buenos Aires, sigue en una situación muy delicada y condiciones de escasez a sequía en los suelos. Este año la recomposición en la segunda quincena fue acotada: sólo el NO, el centro y parte del NE bonaerense lograron la recuperación con registros de 150 mm a 300 mm. Para el resto de la región pampeana, pocas fueron las localidades que eventualmente lograron una carga de agua suficiente para rescatar los cultivos y recuperar las reservas hídricas del suelo. Hasta hoy, febrero ha dejado acumulados que han superado los 25 mm en buena parte del territorio bonaerense y algunas zonas muy acotadas del sur santafesino y el SE cordobés, centro de Chaco, Formosa, Salta y Jujuy. La evolución de la anomalía de la reserva de agua en el suelo para Argentina muestra con claridad la situación de las últimas 4 semanas en Argentina:
El 35% de la soja argentina está en condiciones regulares a malas
Se estima que el 28% de la soja está en condiciones regulares, o sea 4,5 M
ha. En condiciones malas hay 1,1 M ha, un 7% del total sembrado, de las no
llegarían a cosecha 750 mil ha. Aparte, por falta de agua se han dejado de
sembrar 100 mil ha en el norte argentino y sur de Buenos Aires, por lo que el
guarismo de área total con soja en esta estimación de febrero es de 16,11 M de
ha. Teniendo en cuenta que buena parte de la soja de primera de la región
pampeana está atravesando el período crítico en estas condiciones
agroclimáticas, se estima un rinde nacional de 26,4 qq/ha —1,3 quintales menos
que el año pasado— y una producción de 40,5 Mt, o sea un 10% menor que la del
ciclo 2021/22. Lamentablemente, de esta manera se confirma el horizonte
productivo proyectado en enero de 40 Mt que dejaba fuera de las posibilidades un
escenario de normalidad y rindes promedios históricos para el ciclo 2021/22 de
soja en Argentina.
Ninguna provincia supera los 30 qq/ha en la primera estimación de soja
2021/22
Incluso el año pasado, que fue una campaña complicada, Santa Fe y Córdoba superaron la valla de los 30 quintales. Esta vez, Córdoba hace punta con solo 29,3 qq/ha de promedio, casi 4 quintales menos que los obtenidos en el anterior ciclo. En producción, teniendo en cuenta la menor área sembrada y la gran caída en rinde, significa que este año habrá 2,75 Mt menos de soja. En un escalón por debajo, les sigue Santa Fe y Buenos Aires con 28,3 y 28,2 quintales respectivamente. Comparando con el año pasado, Santa Fe pierde 2 quintales y 1 Mt de producción. Buenos Aires sí recupera producción respecto al mal año que tuvo en el 2021, subiendo 3 quintales y ganando 1 Mt. Si las lluvias acompañan al cultivo en los próximos 15 a 20 días más puede haber algunas mejoras, pero también nuevas caídas si se confirman los pronósticos de escasas lluvias. Las sojas de segunda también están en una situación muy vulnerable y necesitan de agua en forma urgente para no seguir perdiendo potencial de rinde.
¿Qué dicen los pronósticos y los indicadores climáticos para las próximas lluvias en Argentina?
En lo inmediato, para jueves y viernes de esta semana, lo que está en juego
son lluvias de 5 a 15 mm que podrían alcanzar con buena cobertura a la región
central. Luego, hasta el 18 los modelos no muestran posibilidades de nuevos
eventos hasta el momento. La NOAA hasta el 21 de febrero muestra en sus modelos
de acumulados mejores posibilidades de lluvias modestas para Buenos Aires y más
contenidas para el sur de Santa Fe y centro y norte de Córdoba. La franja
central de Córdoba, centro sur de Santa Fe y parte de Entre Ríos, en los modelos
de pronósticos del 15 al 22 de febrero siguen mostrando pocas chances de
revertir esta falta de agua casi sistemática que viene sufriendo desde los
últimos dos meses. Es necesario aclarar que hay una volatilidad muy grande de la
atmósfera, que los modelos cambian muy rápidamente y es muy difícil prever en
estas condiciones que sucederá con las lluvias en la tercera y cuarta semana de
febrero, semanas que son claves por el gran impacto que tienen en rindes de soja
de primera en Argentina. Pero lo que hoy se puede observar definitivamente no es
alentador. Aparte, hay una nueva mala noticia para Argentina respecto al clima:
"La Niña" ha vuelto a ganar terreno y no disminuirá su efecto tal como se
esperaba hasta hace pocos días. Aiello y Elorriaga explican que "durante todo el
mes de enero los indicadores de la temperatura superficial del Pacífico
mostraron un moderado aumento. El consenso de los organismos que monitorean esa
actividad para definir la influencia Niña, proyectaban un lento ascenso de los
valores en transición hacia la neutralidad. Pero, la publicación del último
índice oceánico acaba de contradecir esa tendencia, mostrando que la anomalía de
la temperatura superficial se mantuvo sin cambios respecto del mes pasado (ONI
-1.0). Es decir, manteniendo el grado de enfriamiento del mes anterior y por lo
tanto la influencia negativa del evento Niña. Con este nuevo índice la NOAA
pronostica un retorno a la neutralidad para abril con una certeza del 51%, es
decir apenas mejor que el revoleo de una moneda. De este modo, el valor de enero
coincide con el de igual mes del 2018 con todos los temores que eso implica".
Sin cambios, el maíz sigue estimándose con 48 Mt
Las labores de cosecha de los maíces tempranos se han adelantado por lo
problemas que ha dejado el estrés termo hídrico en la resistencia de las cañas.
La recolección es muy incipientes, pero los primeros valores recolectados están
en torno de los 40 a 60 quintales. No son buenas señales para los guarismos
maiceros, pero es necesario esperar que empiece a tomar mayor fuerza la cosecha
para evaluar los resultados.
También los números de rinde de las siembras tardías siguen en vilo a la
espera de nuevas lluvias. Los maíces tardíos comienzan a transitar etapas
críticas. Lamentablemente, en el oeste de la región Pampeana, dónde tienen mayor
participación, no están teniendo buenas condiciones ambientales.
Por lo pronto, se mantienen sin cambios las cifras para maíz del mes pasado, sosteniendo una estimación de producción de la campaña maicera 2021/22 de 48 millones de toneladas, 8 Mt menos que los previstos en diciembre del 2021. El rinde promedio nacional sigue estimándose en 71,3 qq/ha (vs los 82 quintales el año pasado). El guarismo de 48 Mt tiene en cuenta un total de 7,96 M de ha sembradas (600.000 ha más que el ciclo anterior) y 1,23 M de ha que no podrán ser cosechadas para grano comercial.