Julio Cobos tenía diez años menos cuando siendo su vicepresidente, decidió ir en contra del gobierno de Cristina Kirchner, provocando la caída de la Resolución 125 con su voto "no positivo". Aquélla larga noche, Cobos cuenta que un senador kirchnerista le pidió ingresar armas para defenderse contra el campo y asegura que, como estaba la calle, le hizo un favor no sólo al Gobierno sino a la oposición y al sector agropecuario.
- ¿Cuándo supo que tenía que desempatar?
Todos creíamos que ganaba el voto a favor de la Resolución 125. El que definía era Emilio Rached. Habló conmigo el día anterior y me dijo "voy a tener que acompañar”. Llegó el día de la sesión y de repente veo que se levanta y va a mi oficina y les dice a mis colaboradores que iba a votar en contra. Ahí supe que tenía que desempatar yo.
- ¿Ya tenía claro lo que iba a votar?
Sí. No creía que se fuera a dar, sabía que la situación estaba muy complicada en la calle. Obviamente en el momento puede haber factores que influyan en esa decisión. Antes de votar se lo comunico a José Pampuro y a Alberto Fernández. Les pido que Miguel Pichetto pida un cuarto intermedio porque hay empate y el campo también estaba desgastado. Era fácil resolverlo.
- ¿Había tenido contacto con su familia antes de votar?
Mi hijo me da un abrazo y me dice, "papá votá como vos quieras, pero pensá en la gente”.
- ¿No le pareció una opción la que le propusieron de ausentarse y dejarlo a cargo de la sesión a Pampuro?
No, no, yo la saqué volando, era una senadora la que me lo propuso. Eso era no asumir una responsabilidad, no. Eso quería Pampuro pero no lo dejaron tampoco.
- ¿Hubo senadores que intentaron ingresar armas al Senado?
Fue un senador del kirchnerismo el que me pidió ingresar armas. Le preocupaba el ingreso y yo le dije que iba a estar garantizado. El temor era la inseguridad. Muchos me pidieron custodia en su casa, senadores del justicialismo que votaban en contra y se las puse.
- Habló con Néstor o Cristina Kirchner esa noche?
No. Llamaban Randazzo o Fernández pero ya no atendía a nadie. Pampuro estuvo conmigo hasta último momento. Lo que me decía Alberto es que votara a favor y que la presidenta recibía al otro día a todas las entidades del campo. Pero eso era nada.
- ¿La extraña frase "mi voto no es positivo" fue por los nervios?
Si, fue lo que salió en el momento. Es que no estaba pensando en un discurso. Pampuro me dice, “trata de estirarlo como puedas que yo veo si convenzo al bloque”. Pero cuando me dice que no, empiezo a hilvanar algo.
- ¿Cuál fue la sensación después de votar?
Ya está, que sea lo que dios quiera. Fui a mi oficina, me tomé un café, vinieron algunos a saludarme. Quería irme a mi casa al otro día porque tenía mis dos hijas en Mendoza. Me dije, si pido un avión no me lo van a dar y si voy a Aeroparque no sé qué puede pasar. Fui a desayunar en la casa de un amigo en el centro y me fui en auto. Llegué a mi casa y yo no tomo nada, pero tomé algo para dormir y a la media hora escucho ruido a autos, bocinas, gente. Miro, y era una batería de cámaras de televisión.
- Muchos le endilgaron a Ud que era parte del Gobierno…
Leí mucho después. La Constitución te da la posibilidad de desempate porque es una situación extrema sino se contaría como un voto más y listo. Creo que le hice un favor no solo al gobierno, al campo, a la oposición. ¿Quién se perjudicó con este voto? Nadie. El gobierno recuperó la iniciativa, terminó bien y Cristina fue reelecta.
- ¿En qué momento volvió a hablar con Cristina?
Un día recibo una carta con muchos errores de ortografía, de una mujer que me dice, “yo valoro lo que ha hecho pero lo hemos votado para que saque el país adelante, por qué no lo resuelven entre los dos”. Entonces le mandé una cartita a Cristina, contándole, por qué no nos juntábamos...y me recibió.
- ¿Cómo fue el reencuentro?
No la noté bien. Pedí hablar a solas pero estaba con Randazzo y Massa. Le dí mi punto de vista, le dije, “mirá, no todas las cosas, pero sé que hay que consultar, pero si este es un gobierno de concertación me parece que yo traté de aportar resolviendo un conflicto innecesario”. Y ella me respondió, "no, esto se quebró, vamos a mantener sólo una relación institucional". Había muerto el padre de la novia de mi hijo y me ofreció el avión para viajar. Randazzo quiso hablar, pero ella no lo dejó. Y Sergio anotaba todo y después me confesó: "yo cuando me pongo nervioso anoto porque sino parezco que me río y no quiero". Massa hizo mucho para tratar de recomponer la relación.
- ¿La volvió a ver?
La única vez que hablé con ella fue cuando falleció Raúl Alfonsín; estaba en Londres y dijo que no podía venir. Fue el único decreto que firmé, el día de duelo. Y a Kirchner lo vi el día del velorio, nos saludamos bien.
- ¿La madrugada de la 125, la tiene grabada en su mente o es un recuerdo mas?
Imborrable. He tenido en mi vida dos momentos difíciles. Uno fue a los 23 años con el conflicto del Beagle. Yo era subteniente y no solo estuve en la frontera sino que me movilicé a la 1 de la mañana con la misión de invadir Chile y nos frenaron justo. Le había escrito una carta de despedida a mis padres, menos mal que llegó después. Y el otro fue este. A mi me ayudó siempre la preparación física. He corrido maratones de 42 kilómetros, he practicado karate. Yo siempre dije que con el deporte me ahorro el cardiólogo y el psicólogo.
- Esa grieta que llegó a su máximo registro en ese momento, persiste?
Creo que a partir de ahí comenzamos a ver todo en blanco y negro, sin matices. Porque todo después fue conflicto y a la fecha seguimos con esa lógica. Macri dijo unir a los argentinos y bueno, nos está costando. Ya está en nuestro ADN.