"Está relacionado con la incorporación de tecnologías, sobre todo la genéticamente modificada, que se incorporó en el 96 y permitió la técnica de siembra directa. El tiempo disponible, que antes se invertía en preparar el suelo, pudimos dedicarlo a escalar el negocio, hacer pools de siembra y generar eficiencias por la economía de escala", explicó Federico Trucco, CEO de Bioceres, la última empresa argentina en salir a la bolsa. Algunos se animan con soñar más allá de las góndolas y aspiran a ser laboratorios.
1 La crisis como motor
Si Bioceres nació en diciembre de 2001, mientras en el centro de Buenos Aires el entonces presidente huía en helicóptero, los cacerolazos llenaban las calles y los saqueos vaciaban las góndolas de los supermercados, en la ciudad de Rosario, algunos de los proveedores claves para la industria del agro amenazaban con levantar las operaciones de un país pesificado y desestabilizado. Un grupo de 23 científicos se reunió bajo una idea: "¿Por qué no empezamos a invertir nosotros en tecnologías locales?". La Argentina es el único país de la región que cuenta con tres premios Nobel en ciencias biológicas y soñaban con apalancar el desarrollo científico con el dinero de la producción agropecuaria para crear negocios de mayor valor agregado. Cada uno invirtió 600 dólares para constituir el fondo. "Las limitaciones son la mejor escuela para muchas cosas", explicó su CEO, Federico Trucco. Uno de los 23 socios originales es su padre, un bioquímico formado en la Argentina que fue docente universitario en Buenos Aires por un ratito hasta que escapó al interior de la provincia de Santa Fe en medio del clima de represión que se vivía en el país en la década del 70.
2 No hace falta ser el primero para liderar
Federico Trucco se sumó al proyecto en 2005, luego de haber estudiado bioquímica en la Universidad del Estado de Luisiana, completado una maestría en patología de plantas y malezología por la Universidad del Estado de Colorado, un doctorado en ciencias de los cultivos de la Universidad de Illinois y un certificado en administración de empresas (CBA) de la misma institución. Comenzó su carrera en la empresa en una posición vinculada a originar tecnologías, en Indear, una joint venture que tuvo Bioceres con un laboratorio de Buenos Aires. En 2009 Bioceres compró la totalidad del paquete accionario y Trucco pasó a liderar la unidad de negocios.
3 Vivir de los amigos no está mal
Bioceres facturó 130 millones de dólares en ventas en 2017, un crecimiento de casi el 300% con respecto al año anterior. En 2015, la facturación fue de 10 millones de dólares, y antes solo daba quebrantos. Desde su concepción siempre se financió con rondas de ampliación de capital entre amigos y familiares. No hubo ningún fondo de inversión privado que viera el negocio viable. "Nuestro modelo es crear el futuro y después ver como monetizarlo, muy distinto de tener una vaquita que me dé leche y con los ingresos armar el futuro", resumió Trucco. El grupo fundacional retiene el 20% del capital hasta su futura salida en bolsa.
4 El clima y los negocios tienen una parte impredecible
En febrero, la compañía tenía planificado su IPO en simultáneo en la bolsa de la Argentina y Wall Street. El lanzamiento del IPO local se hizo en la Bolsa de Comercio de Rosario, las acciones de Bioceres van a estar listadas en el Mercado Argentino de Valores (MAV), del grupo BCR, donde hay un gran interés por parte de los inversores que conocen y vieron crecer a la compañía. Hicieron un tour internacional (road show, como se lo conoce en la jerga del mercado de capitales) y el día antes del pricing se dio la corrección en el mercado que bajó 1600 puntos del índice DOW, casi el 6% en un día. "Quisimos evitar una mala transacción por encontrarnos en un momento de volatilidad". Desde entonces, la empresa rosarina tiene que esperar el reporte de sus resultados trimestrales para volver a intentarlo. La idea del líder de Bioceres es que el IPO ayude a financiar las tres iniciativas troncales. En primer lugar, buscan llevar a capacidad instalada en el mercado inversiones previas. Por ejemplo, en conjunto con un socio francés destinaron US$30 millones a una planta de fertilizantes microgranulados. Por otro lado, buscan la expansión regional; Brasil y Paraguay son los países donde tienen fuerza de venta propia y quieren lograr lo mismo en países donde comercializan algunos productos, como Uruguay, Bolivia, Colombia, Estados Unidos, la India y Francia. En tercer lugar, expandir el negocio de tecnologías con tolerancia a sequías, un tema importante este año. "Bioceres es conocida por ser la única empresa con un producto que funciona para la tolerancia a la sequía en soja y trigo. Tiene patentes asociadas, que se originaron con un gen que descubrió el Conicet y mantiene un acuerdo de regalías", concluyó.
5 El camino se hace con políticas disruptivas
"Veo al país normalizándose en un montón de aspectos que creo positivos, pero me preocupa la falta de visión de futuro", remarcó el CEO. Para el ejecutivo, el gran error es pensar que el desarrollo de la Argentina va a ocurrir de la misma manera que en los países que hoy son desarrollados; es decir, que el futuro sea una proyección del pasado. "Tiene que haber un quiebre en la realidad de hoy e imaginarme un universo paralelo, veo muy pocos líderes pensando disruptivamente", precisó. Por ejemplo, invertir en infraestructura para bajar el costo de logística le resulta "una carrera de fuerza bruta"; "creo que se puede armar una agenda de crecimiento disruptiva que apunte a duplicar el PBI y no crecer al 2% anual si se manejan los mismos principios de capital allocation que en un fondo privado", concluyó el ejecutivo.