Buscando cómo seguir adelante, haciendo cálculos de las pérdidas y, sobre todo, mirando al cielo para ver qué les depara en materia de lluvias. Así están los productores afectados por las inundaciones, anegamientos y falta de piso (por el elevado nivel de las napas), que dificultan diversas tareas sobre ocho millones de hectáreas de la pampa húmeda, como consignó ayer LA NACION, sobre la base de un trabajo de Carbap y Pablo Ginestet realizado con imágenes satelitales.
En medio de este difícil escenario, ayer el ministro del Interior, Obras Públicas y Vivienda, Rogelio Frigerio, recibió a intendentes de municipios de la segunda y la cuarta secciones electorales afectados por las inundaciones. Recibieron $ 44 millones de Aportes del Tesoro Nacional (ATN).
En lo inmediato, los productores están afrontando diversos problemas de logística y manejo diario que hacen a su producción. En la zona de Trenque Lauquen, por ejemplo, según un informe de la consultora Globaltecnos, "hay muchas dificultades para trasladar el rodeo y distribuir alimento" para la hacienda.
Desde Las Flores, Hugo Achával, delegado de la Sociedad Rural Argentina (SRA),
trazó un duro panorama sobre el impacto en la actividad cotidiana. "Está
productivamente todo muy complicado. No se pudo sembrar trigo y, además, se me
murieron 56 vacas (el 10% de su rodeo). Estamos complicados porque no hay piso y
se encajan los tractores. Los terneros, que habitualmente tendrían 220 kilos,
hoy tienen 150 kilos", dijo.
En Tapalqué, Néstor Vázquez está preocupado no sólo por la pérdida inmediata de las inundaciones, que son visibles, sino también por el efecto que tendrán a futuro, por ejemplo, en menores índices de producción. "Estimo que voy a perder un 30/40% de mi producción, entre forrajes y animales, más lo que se va a perder de acá en adelante porque viene la época de pariciones. Se ha perdido mucho campo natural por el pisoteo de los animales. Los camiones con rollos no están entrando a los campos", expresó el productor, también delegado de la Rural.
Las lluvias rompieron récords en Bolívar. Según Cristian Russo, de la Bolsa de Comercio de Rosario, en Bolívar en los últimos 65 años las lluvias acumuladas desde principios de año hasta este mes marcan una media de 596 milímetros. Sin embargo, en lo que va de 2017 llevan acumulados 1100 milímetros anuales a hoy, casi el doble.
En la Sociedad Rural de esa localidad acaban de terminar un informe contundente sobre las pérdidas. Sumando agricultura, ganadería y lechería, las pérdidas de la inundación de este año rondarán los $ 1523,1 millones. Esto por pérdida de superficie ya sembrada, imposibilidad para implantar otros lotes, mortandad y ventas forzadas de vientres a otras zonas (17.129 menos), caída en el número de terneros (35.129 menos) por menor preñez, destete y mortandad y disminución en la producción de leche.
"Ante la caída de ingresos, la gente está vendiendo algo, una maquinaria, una herramienta", señaló Claudio Carretero, productor de Bolívar.
En el corto plazo, las perspectivas en materia de lluvias no son buenas para las regiones inundadas, ya que no se descarta que se agrave la situación.
"Debemos prestar atención a las perspectivas de los próximos días. Durante el próximo fin de semana, podrían ocurrir lluvias en el centro y el este de la provincia, con eje en la cuenca del Salado las más intensas, e incluyendo el Sudeste", explicó Pablo Mercuri, director del Centro de Recursos Naturales del INTA. Luego, según el experto, "posiblemente del 7 al 10 de septiembre se den nuevamente condiciones de inestabilidad y puedan probablemente ocurrir lluvias que agraven la situación".
En tanto, Germán Heinzenknecht, especialista de la Consultora de Climatología Aplicada (CCA), remarcó que "toda la franja este del país entra con sobrantes de agua a la primavera".