La Cámara de Industriales Arroceros Argentina (CIAA) expresó su preocupación por lo que considera "una cruda realidad del sector", sustentado en la pérdida de rentabilidad en la producción y la falta de políticas económicas.
Así lo remarcó en un comunicado en el que detalla el deterioro que viene viviendo en los últimos años, y que se acrecentó en los últimos meses por la baja progresiva de los precios internacionales. Además, resaltó que el cambio de Gobierno no modificó la situación de los productores, más allá de la quita del cepo cambiario y la devaluación del tipo de cambio. "El fuerte incremento de los costos en dólares, que se verificó entre 2011 y 2015 no logró ser revertido con la salida del cepo cambiario del año pasado; y desde entonces, la inflación superó a la apreciación del dólar, deteriorando nuevamente la ecuación de rentabilidad, con fuerte impacto negativo en la competitividad del sector", afirmó.
Según explicó Marcelo Agosti, Secretario de la CIAA a El Cronista la competitividad depende principalmente de la exportación y, por la combinación de una presión impositiva alta y un dólar barato, "estamos siendo más caros que países como Uruguay o Paraguay". A eso también le agrega la falta de infraestructura adecuada, en puertos y trenes. Según sus cálculos, la producción se verá resentida en la próxima campaña por la falta de estímulos para la producción del arroz, sobre todo teniendo en cuenta que "en los próximos 70 días se define la siembra y como no es rentable estimamos una reducción del área a sembrar del 10%", afirmó. Los datos marcan que actualmente la industria arrocera, focalizada en las provincias de Entre Ríos, Corrientes, Santa Fe y Chaco, cuenta con una capacidad instalada de procesamiento que supera las 2 millones de toneladas.
Sin embargo, la producción de este año se estimó en un volumen de 1,2
millones de toneladas, cuando la cosecha 2007/2008, casi 10 años atrás, estuvo
en el orden de 1,6 millones de toneladas. "La disponibilidad de arroz resultaría
algo superior producto del carry in, unas 1,3 millones de toneladas en total,
de las cuales 500.000 se destinarían al mercado doméstico y 780.000 quedarían de
saldo exportable". "La industria atraviesa esta difícil coyuntura mientras
espera un shock de competitividad", resaltó el comunicado de la CIAA, que
reclamó mayores respuestas del Gobierno e incentivos para la producción. "Es
imperativo trabajar en conjunto con el Gobierno en la reducción de costos que
impactan en la cadena, sobre todos los relacionados con la distribución, el
transporte y la logística, bajar la carga tributaria que lo agobia y facilitar
el reintegro de impuestos en las exportaciones".
Según Agosti, el anuncio de los reintegros anunciado por el Gobierno a principios de año, que en el caso del arroz pasó de 0% a entre 2% y 3%, al igual que la quita de retenciones que eran del 5%, "quedaron cortas y no alcanzan para devolverle competitividad al sector". Para graficar la situación de los últimos años, la Cámara destacó que en 2008 el 70% de la cosecha era producida por pequeños y medianos productores y que un 30% era originado por empresas agroindustriales. Esta pirámide se fue invirtiendo a lo largo de los años, por la pérdida de rentabilidad de los productores. Así, la industria incrementó su originación para poder abastecer sus molinos, y en la actualidad se puede estimar que el 70% de la cosecha está en manos de la industria y el 30% en manos de productores pequeños y medianos.