Es el mismo activo por el cual la empresa puede valer ante los ojos de cualquier comprador interesado. Según cuentan los tamberos, la empresa recibe en la actualidad no más de 700.000 litros diarios, muy lejos de los 3,5 millones de litros diarios que supo tener el año pasado.
En medio del colapso de los últimos meses, a la firma se le fugaron unos 300
remitentes, entre ellos muchos fieles socios de hace años. A esos socios que
dejaron de entregar la materia prima la cooperativa les aplicó una suspensión y,
por esa razón, hoy no podrán participar de la asamblea. Se estima que fueron
suspendidos casi 200 de ellos. Para volver a pertenecer, la empresa les exige
que entreguen nuevamente leche.
Parece un retorno difícil de concretar. De acuerdo a los tamberos que dejaron la cooperativa, en medio de unos 6000 cheques rechazados en diversos momentos, la firma les adeuda los pagos de febrero, parte de marzo y todo abril. Tampoco están mejor los empleados de la empresa. La firma les adeuda tres cuartas parte de marzo y abril. "Siguen pagando de a puchos", contó una fuente gremial.