Gustavo Veiner, de la delegación de Huinca Renancó de la Federación Agraria, explicó a LA NACION que la zona afectada por los anegamientos abarca unos 30 kilómetros de ancho por 110 kilómetros de largo. Es un área agrícola ganadera con unas 330.000 hectáreas de siembra y la de mayor producción de carne de Córdoba.
Marcela Genero, de la agencia Inta de Huinca Renancó, señaló que por el granizo se perdieron cultivos de avena, centeno y el primer corte de alfalfa, mientras que la falta de piso determinará problemas -todavía no cuantificados- para todos los cultivos de verano.
Respecto de los animales, apunta que "se van acomodando como pueden en las partes más altas, pero en los encierres, aguadas y comedores hay mucha agua".
En el departamento Juárez Celman, en el centro sur provincial, es crítico lo que viven productores y vecinos de Bengolea y Ucacha, aunque el agua comenzó a bajar ayer, que no llovió. El temporal agudizó los problemas que quedaron de las inundaciones de enero pasado, que también afectaron la región.
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Los intendentes de las dos localidades gestionan ante Recursos Hídricos de la Provincia ayuda para encarar un plan de obras y evitar que se reiteren estas inundaciones. En los últimos días debieron tirarse miles de litros de leche debido a que no podían sacarse de los campos y hay medio centenar de tamberos prácticamente aislados.
Fernando Lagos, productor de la zona, describió que el panorama está "igual o peor" que en febrero. "Venimos castigados desde hace un par de años y en una semana cayeron 150 milímetros, los caminos están destruidos y los campos inundados, no hay por dónde moverse", dijo.
Desde el Inta de Ucacha, Marcelo Guendulain ratificó: "Estamos dos veces peor que a comienzos de año porque ya no hay vías alternativas, no se puede sacar la producción ni entrar alimentos. Y en los campos hay personas; es terrible".
Estimó en unas 200.000 las hectáreas afectadas en la zona y apuntó que el agua "sigue corriendo hacia el este, hacia Chazón. Vino para quedarse y recién estamos al comienzo de la temporada de lluvias, lo que hace prever que se agravará". En esa región tres lagunas "reventaron" después de las últimas lluvias y los caminos se convirtieron en ríos, anegando campos y tramos alternativos. En algunas zonas más bajas las vacas quedaron "nadando" porque no las alcanzaron a sacar.
Falta de infraestructura
En tanto, representantes de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) se reunieron ayer con el gobernador de La Pampa, Carlos Verna, para tratar la situación de las 100.000 hectáreas inundadas de la provincia producto de las lluvias que cayeron la última semana y la "necesidad" de la realización de obras para evitar tales desastres naturales, indicaron desde la entidad, según consignó Télam.
"La situación es gravísima. Si hablamos de la parte de producción, hay zonas afectadas por la inundación donde ya se produjo la siembra y no hay que olvidarse que la gente que no puede salir de los campos, donde hay chicos que deben ir a la escuela", sostuvo el presidente de Carbap, Matías de Velazco.
El titular de la entidad agropecuaria manifestó que "hay deudas de estructura, como rutas y canales, de largo plazo que hay que encarar. Ojalá este sea el momento bisagra porque nos corre la urgencia".
Por último, la dirigencia de Carbap se reunió con el directorio del Banco de La Pampa, teniendo el compromiso del banco de suspender y posponer cualquier vencimiento bancario a productores inundados", indicaron desde la entidad.