El jueves pasado, nuestra Entidad emitió un comunicado de prensa manifestando la profunda preocupación y solidaridad de la Bolsa de Comercio de Rosario ante la inusual emergencia hídrica que golpeó a nuestra provincia de Santa Fe y que por su magnitud se ha convertido en una de las más graves de su historia. La entidad entiende que a nivel nacional aún no se ha alcanzado a magnificar la trascendencia del fenómeno y sus profundas consecuencias. De las 13,6 millones de hectáreas de la superficie total de Santa Fe, más de la mitad de esa superficie está bajo agua.
Por este evento se han visto perjudicados todos los sectores productivos: la lechería, la ganadería vacuna, la agricultura –especialmente el cultivo de soja–, las actividades porcina, avícola y apícola, los cultivos regionales de arroz, frutilla y caña de azúcar, la horticultura, en fin todos los rubros agropecuarias.
La BCR compartió el miércoles pasado una reunión en Rosario convocada por el Gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, para evaluar la situación, en la que participaron los ministros de la Producción, Luis Contigiani, y de Infraestructura y Transporte, José León Garibay, y entidades agropecuarias, como CARSFE, CONINAGRO, Sociedad Rural Argentina, Federación Agraria Argentina, Agricultores Federados Argentinos, ACSOJA y CASEM, entre otras.
El propósito del encuentro, además de compartir un diagnóstico de la emergencia, fue evaluar las medidas adoptadas, como ser subsidios directos a productores lecheros y hortícolas, créditos a tasa subsidiada y con períodos de gracia para financiar deudas contraías y encarar la próxima campaña; diferimiento y financiamiento de facturas eléctricas, implementación de un Fondo Rotatorio destinado a financiar la cosecha y siembra de caña de azúcar, etc. Pero, sin dudas, lo más urgente en este momento será el otorgamiento de créditos blandos para inundados a baja tasa de interés y en condiciones muy beneficiosas para que los productores intenten afrontar el nuevo ciclo productivo.
Hubo coincidencia en la necesidad de gestionar ante el gobierno nacional diversas soluciones que deberán ser extraordinarias e inmediatas, por la magnitud del daño producido por las inundaciones en la provincia de Santa Fe. Además, se requirió al Estado nacional un aporte extraordinario para la reconstrucción de rutas, caminos rurales, puentes y obras hidráulicas.
Las pérdidas sufridas por los excesos hídricos han sido estimadas –a nivel provincial- por la Confederación de Asociaciones Rurales de Santa Fe (CARSFE) en aproximadamente 2.700 millones de dólares. Se compone de la siguiente forma: 768 millones de U$S en lechería, 689 millones de U$S en ganadería bovina, 1017 millones de U$S las pérdidas en agricultura y 250 millones de U$S en otras producciones agropecuarias.
La situación ha afectado a dieciocho de los diecinueve departamentos santafesinos; pero, en particular, golpeó duramente a algunos distritos de los departamentos de General Obligado, San Javier, Garay, Las Colonias, Castellanos, San Cristóbal, San Justo, San Martín, Vera, 9 de Julio, San Jerónimo y Belgrano.
La Bolsa comparte que no se trata sólo de un problema económico. Existen graves y penosos efectos en el plano social y con consecuencias que no se agotarán en la coyuntura, sino que pueden perdurar en el futuro.
En el mapa adjunto elaborado con datos propios de GEA-BCR e información oficial pueden observarse las precipitaciones acumuladas en las provincias productoras de granos de la República Argentina desde el 1° al 27 de Abril del corriente año. Como vemos hay precipitaciones acumuladas del orden de los 600-700 mm. En el caso específico de la provincia de Santa Fe, la zona centro-noreste es una de las más afectadas por este evento climático.
Un importante exportador, en forma confidencial, ha estimado la caída en los rindes de soja y las pérdidas por calidad comercial en toda la Provincia de Santa Fe en el orden de las 3,4 millones de toneladas. Tengamos presente que en estas estimaciones la presencia de granos dañados se estima en % reduciendo el tonelaje final. La Confederación de Asociaciones Rurales de Santa Fe (CARSFE) ha estimado la pérdidas provinciales en soja (rinde más calidad) en 3,8 millones de toneladas.
En su informe del día jueves pasado, GEA-BCR indicaba que en la zona núcleo relevada (centro-sur de la provincia de Santa Fe, Norte de Buenos Aires, Sur y este de Córdoba), los técnicos indicaban –luego del avance de las primeras cosechadoras a la finalización de las lluvias- que había una caída significativa en el nivel de productividad. La región centro sur de Santa Fe muestra una disminución de un 24% en rindes, o sea alrededor de 10 quintales. A su vez, el sur este de Córdoba le sigue con un 21% en las bajas. Los departamentos santafesinos de Caseros y General López, muestran caídas más moderadas en el orden del 10%, al igual que el norte de Buenos Aires. En sojas de segunda, de momento se esperan menores niveles de daños porque se encontraba en etapas previas a la madurez comercial. Aclaramos que se computa en estos porcentajes solamente la caída en los rindes y no los daños comerciales por granos dañados.
Los granos dañados en la zona núcleo GEA-BCR varían entre un 5 y un 80%, siendo las más afectadas las variedades cortas de soja. Granos podridos, chuzos, livianos, brotados y húmedos, se suman a las pérdidas que se despliegan por desgrane y por las colas de las cosechadoras. Las plantas están en condiciones muy vulnerables y las perdidas por desgrane pueden ir en aumento. De todas formas, se avanza contra toda adversidad sobre el 58% que falta por cosechar. El escenario de cosecha es el más difícil en la historia de la región. Entre barro y anegamientos, lentamente, las máquinas sortean los caminos para ingresar a lotes con panoramas desoladores.
En relación a la calidad, según GEA- los mayores porcentajes de granos dañados en la región lo encabeza el área del centro sur de Santa Fe, con valores de entre 25 a 80%. Un escalón debajo está el sureste de Córdoba, que alcanza valores de 10 a 40%, y en el resto de la región núcleo los valores van 0 a 20%. La alta variabilidad de calidades se debe a las distintas fechas de siembra, la variedad, el manejo, como controles de chinches y enfermedades, y por supuesto, el relieve y los milímetros recibidos. Nuevamente vemos que los peores registros son los de la provincia de Santa Fe.
Por otra parte el Informe semanal de estimaciones agrícolas del 28/4/2016 del Ministerio de Agroindustria expresa en el caso de la provincia de Santa Fe se están produciendo importantes pérdidas que van a evaluarse gradualmente a medida que se puede acceder a las diferentes zonas. En muchas áreas la problemática es muy grave y delicada. En Cañada de Gómez, por ejemplo, las pérdidas son cuantiosas y se estima que la soja que restaba cosecharse esta casi en su totalidad dañada (falta evaluar). Los lotes que aun así son cosechados tienen una avería en sus granos que va de 50% a un 100% y una humedad del grano por encima de la tolerancia de recibo, lo que dificulta la comercialización y el depósitos de dichos granos, ya que ni los acopios ni los puertos lo están recibiendo. Otro inconveniente que se presenta es la falta de maquinaria para su cosecha, ya que parte de estas se encuentran en los campos sin poder salir por la falta de caminos y el resto se fue a otras zonas en busca de trabajo ya que lo que aquí resta cosechar está en malas condiciones y mucho optaran por no levantarla.
En Casilda, por ejemplo, sólo se ha podido avanzar, y aisladamente, en campos próximos a rutas pavimentadas o caminos mejorados. La transitabilidad de la mayoría de los caminos rurales es pésima por lo cual resulta imposible el traslado de la producción. Así mismo, es también dificultosa la instalación de silos bolsa en lugares secos, en función de las nuevas lluvias recibidas el día lunes. Tras la cosecha de un 60 por ciento del área de intención, los rindes comienzan a mostrar una caída relacionada con la postergación de su recolección que se extiende desde los 2 a los 6 quintales por hectárea en promedio. También se observan severos inconvenientes en la calidad de grano, siendo los ítems más relevantes los granos deformados y de bajo peso, humedad por encima del 16 por ciento, presencia de moho y en algunos casos brotados.
En Rafaela, otro caso puntual, el Ministerio prevé importantes daños con variable intensidad según zonas como pérdida de lotes total o parcial, caída de rindes y un desmejoramiento significativo de la calidad de los granos, ya que se reportan porcentajes de “dañado” que oscilan entre 25-70%.
Estos son algunas informaciones e indicadores que muestran como el evento climatológico ha afectado e impactado fuertemente en la provincia de Santa Fe y en sus hombres de campo. El nivel real de pérdidas se irá dilucidando a medida que transcurra la semana próxima con el avance de las tareas de cosecha. La situación en muchas zonas es desesperante y el desaliento de las poblaciones rurales va en aumento a medida que avanza la cosecha y se constatan los resultados negativos de la explotación. No es un problema de los productores solamente. Esto tendrá un impacto fuertemente nocivo sobre economía rural y la vida social de las poblaciones de las localidades y ciudades del interior de la provincia de Santa Fe. Se requiere urgentemente la ayuda del Gobierno Nacional ante la magnitud de las pérdidas económicas y el grave impacto social sobre las comunidades agrarias que sin duda perdurará a lo largo del tiempo.
Por JULIO CALZADA
Fuente: BCR