Si este acceso se canaliza en inversiones de infraestructura, y no solamente para sostener el gasto público, al campo se le presenta una excelente oportunidad para desarrollar su potencial.
El presidente Mauricio Macri, en su discurso frente a la Asamblea Legislativa
el martes pasado, dio precisiones sobre el deterioro de rutas, ferrocarriles e
infraestructura en general. "El 40% de las rutas está en mal estado", dijo. La
hidrovía está subutilizada y los trenes que funcionan lo hacen mal, añadió. En
trenes, puso como ejemplo de la decadencia el Belgrano Cargas. Informó que en
2015 transportó 2,5 millones de toneladas, cinco veces menos que en 2001. "Lo
más indignante es que no faltaron recursos, se gastó muchísimo dinero,
prácticamente todas nuestra rutas , puertos, trenes, están deteriorados", se
lamentó.
El campo, si aumenta en pocos años su cosecha de granos de 100 a 150 millones de toneladas tal como vaticinan distintos especialistas, es el destinatario ideal para captar inversiones en infraestructura. Quizá para quienes todavía hoy tienen sus números en rojo por la sucesión de malas campañas y distorsiones en los mercados esta cuestión aparezca lejana en el horizonte, pero este cambio de escenario debería comenzar a vislumbrarse en poco tiempo.
"Si el país tiene acceso al crédito vamos a estar en igualdad de condiciones
que nuestros competidores", apunta el presidente de la Sociedad Rural Argentina,
Luis Miguel Etchevehere, que presenció en el Congreso el discurso de Macri.
El dirigente cree que el país tiene que avanzar en concretar acuerdos comerciales con la mayor cantidad de mercados posible. "La Argentina puede producir 17 veces más lo que consume, tenemos que llegar a todos los destinos", añade. Los acuerdos de libre comercio permiten la reducción de aranceles de importación y facilitan el acceso a los mercados. "Si nuestros competidores, como Australia, venden sus productos con un 10 o 12% menos de arancel que la Argentina nos ganarán mercados", añade. Estos acuerdos también contribuyen al ingreso de productos con mayor grado de desarrollo. La Unión Europea, por ejemplo, en general fija alícuotas más elevadas a los alimentos elaborados que a las materias primas. "Los granos nos los vienen a comprar, pero la miel envasada o los quesos duros tenemos que salir a venderlos", recuerda Etchevehere.
Otra cuestión clave que el ruralista cree que deberá tenerse en cuenta es la ambiental. En mayo próximo la Argentina deberá presentar su sistema de medición de emisiones de carbono, de acuerdo a las exigencias de la reciente cumbre sobre cambio climático que se celebró en París. "Va a pasar lo mismo que sucedió con la carne, que los mercados se dividían entre no aftósicos y aftósicos", advierte.
En poco tiempo aquellos países que no demuestren que sus emisiones de gases de efecto invernadero son menores a las establecidas ingresarán con sus productos a mercados de menor valor que aquellos que sean capaces de dar cuenta de cómo sus sistemas productivos reducen la contaminación. Con la siembra directa y la ganadería pastoril la Argentina tiene puntos a favor.
Desde el recinto
Respecto del discurso de Macri, el presidente de la SRA lo valoró como positivo. "Cumplió con sus promesas de campaña, eso genera confianza. El campo está respondiendo, desde mediados de diciembre se liquidaron 5200 millones de dólares", sostuvo.
Macri le dedicó unas líneas al campo. Destacó que se sacaron "las restricciones a la exportación en todos los sectores primarios e industriales, excepto a la soja que tendrá una reducción paulatina". Aunque todavía no hay precisiones respecto de si se podrá cumplir con el programa electoral de Cambiemos de reducir 5 puntos porcentuales a los derechos de exportación de la oleaginosa la referencia de Macri al tema no debería pasar desapercibida. Seguramente será tema de debate del gabinete económico en los próximos meses teniendo en cuenta que el déficit fiscal alcanza al 7% del PBI. En un horizonte de precios de la oleaginosa con más factores bajistas que alcistas la definición del Gobierno será clave para diseñar el futuro escenario del negocio agrícola.