En la década ganada que proclama la presidenta Cristina Kirchner se podría haber terminado casi dos veces el Plan Maestro Integral del Río Salado, algo vital ante inundaciones como la actual, pero ni siquiera se completó una vez. El plan, que elaboró entre 1998/1999 la consultora internacional Halcrow, estimó un plazo de ejecución de 11 años con un costo de US$ 1800 millones. El fondo hídrico creado para financiar obras con alícuotas a las naftas y el GNC recaudó desde 2002 un equivalente a US$ 3300 millones [considerando la evolución del dólar oficial al 31 de diciembre de cada año], casi el doble de lo que se necesitaba para el Salado, y sólo se concretó, según los expertos, casi 40% de la obra.
Con las interrupciones que hubo, en el promedio de los últimos diez años se avanzó, de acuerdo a fuentes consultadas, en el equivalente a unos cuatro kilómetros por año. Si se siguiera el mismo perezoso ritmo hay voces que indican que recién podría concluirse para 2035. Los más optimistas creen que se podría terminar en cinco años sólo si se trabajara al máximo potencial de obra y sin restricciones de financiamiento.
Para muchos, el Salado es como el río Mississippi en los Estados Unidos, que cruza el país. Aquí atraviesa entera la provincia de Buenos Aires. La superficie afectada por las obras se determinó en 170.000 kilómetros cuadrados, pero el plan no se terminó. Y esta carencia hoy tiene un efecto expansivo en especial para la parte media de la cuenca.
¿Qué pasó que no se concluyó? Para Carlos Brown, ex ministro de la producción en la provincia de Buenos Aires y actual diputado nacional por el Frente Renovador, un motivo clave es que en 2006 el kirchnerismo hizo modificar el sentido del fondo hídrico con una ley. De la especificidad rural se pasó a hablar de saneamiento, lo que abrió la puerta a que se fuera dejando de lado el fin y se volcara a atender más el conurbano por una cuestión electoral.
Algunos ejemplos. "Ucofin [el organismo donde se puede seguir el destino de la plata] informó en su avance de pagos durante 2014 y 2015 que se han abonado 59 obras de infraestructura hídrica en la provincia de Buenos Aires, de las cuales dos están vinculadas a la cuenca del Salado y 57 son obras menores realizadas en el conurbano bonaerense", señala un trabajo del equipo técnico de Brown, "Por otro lado, en el listado de beneficiarios de los pagos se informaron 6 obras en el Salado realizadas entre 2013 y 2015 y 24 obras menores en distintos lugares del conurbano bonaerense", agrega el informe.
Brown no es el único que piensa en el tema político por la falta de concreción de la obra. "No existe el interés político y no está disponible el fondo hídrico que desde 2006 se usó para otros fines distintos a los de su creación, que fue sanear las cuencas rurales", denunció Alejandro Borchex, coordinador del comité de Hidráulica de la Sociedad Rural Argentina (SRA). Aguas abajo se trabajó en bahía Samborombón-General Belgrano-Las Flores y aguas arriba parte del Noroeste.
"Los tramos que se hicieron no fueron en ningún caso terminados sea porque en alguno de ellos no se completó el trazado, sea porque en otros la traza se completó pero no se terminaron las obras de regulación", dijo Juan Pedro Merbilhaa, ex presidente y asesor jurídico de Carbap.
Merbilhaa señaló que de la zona A-1 (noroeste de Buenos Aires) se hizo casi todo el trayecto de la cañada de Las Horquetas, convertida hoy en canal de las Horquetas, pero las obras finales en el nacimiento de la misma (laguna Salada Chica de Ameghino), el empalme con el canal de enlace que viene de La Picasa, las obras de retención y regulación en el reservorio de la laguna La Salada Grande de Coronel Granada, puentes y otros detalles no menores no se hicieron o no están terminados.
"En la zona centro oeste también se hicieron obras parciales, pero allí la lentitud se justifica porque si se hicieran en forma completa para llegar a Bragado antes que llegue a esa misma localidad la obra de la cuenca baja y media, desaparecería bajo el agua toda esa área. Por lo tanto, hasta que no esté todo resuelto desde la Bahía de Samborombón hasta Bragado no se podrá descargar ni la cuenca del oeste, ni la cuenca del noroeste. De esta última, entre Junín y Bragado ni siquiera hay un proyecto definitivo en grado de factibilidad", precisó.
Respecto de la zona baja, los avances que dieron por terminado el sector 1, 2 y parcialmente el 3 también necesitan aún de obras de regulación y complementarias. Faltan todavía los tramos 4 y 5 íntegramente, según Merbilhaa.
En septiembre de 2014, el Ministerio de Planificación de Julio De Vido dijo que el tramo 3 [con una longitud de 118 kilómetros y casi 300 km de intervención] estaba "en ejecución". Hace unos días dijo que "está prácticamente finalizado". En Infraestructura provincial una fuente recordó que el Salado es una "obra nacional".
Julio Daffunchio, ex presidente de la Rural de Chacabuco, hizo notar la falta de intervención para la cuenca media. Allí alertan sobre una invasión de agua estos años que hizo aumentar, además, las napas a niveles superficiales. Y suelos clase I antes sin limitantes para la implantación hoy las tienen. "La obra que debería hacerse sería dragado, ampliación y renovación de los puentes del tramo IV, tramo V y VI, desde laguna Las Barrancas hasta Junín", indicó.