CASTELLI.- Dice una celebrada frase poética que "se cree más en los milagros a la hora del entierro". Seguramente eso deben haber pensado las autoridades de la provincia de Buenos Aires, ante tantas alertas que año a año han tenido con crecidas moderadas generadas por lluvias levemente superiores a los promedios normales con respecto a las inundaciones porque solo una acción sobrenatural podría evitar el desastre que está generando la actual inundación en los partidos de Pila, Castelli, Tordillo y Dolores.
La ausencia total de obras en la cuenca baja del Canal 9, más aquellas que no han sido concluidas en la misma altura del Canal 1 y el escaso aporte del Canal A como afluente, han dejado al desnudo la desidia y la inacción que en estos días ha puesto al filo del desastre al casco de Dolores, al que se lo está salvaguardando con un precario terraplén perimetral y bombas extractoras que están en franca inferioridad en relación al volumen hídrico que ingresa al ejido urbano, por lluvia, por filtración o por derrame.
Casi sin profundidad y con los terraplenes corroídos por el paso del tiempo y la falta de mantenimiento -en algunos tramos solo tiene un metro y medio de altura por tres de base-, con sectores perforados por vizcacheras y varias compuertas a las que se les ha saqueado su estructura metálica y se han convertido en simples alcantarillas, cuando el caudal del Canal 9 crece, desborda, rompe las contenciones y se derrama por decenas de miles de hectáreas de los partidos de Pila y Castelli, buscando a campo traviesa por su margen norte la cuenca del río Salado que a esta altura ya está colapsado por sus propios afluentes. Mientras que por el sur, el torrente avanza en paralelo al cauce, anegando otras miles de hectáreas y sitiando a la misma ciudad de Dolores en paralelo con el Canal A que lo rodea por el sur.
Sálvese quien pueda
Ante el riesgo de su población urbana, el miércoles pasado, las autoridades provinciales de la Dirección Provincial de Hidráulica abrieron las contenciones que quedaban en pie hacia los campos y se estima que cientos de animales han muerto de hambre o por ahogamiento.
"Los partidos de Dolores, Castelli y Pila somos prácticamente el embudo de este sistema por el cual debe salir este volumen de agua. Quizá si las obras hubieran estado realizadas, los efectos de la creciente no hubieran sido tan terribles. Hay gente que ha perdido majadas completas, vacas que han muerto de hambre. No se han realizado obras en estos canales desde que fueron construidos a principios del siglo pasado. Esto se ha convertido en un "sálvese quien pueda", comenta Erwin Swoboda, presidente de la Sociedad rural de Pila al término de una reunión realizada en Castelli en la que estuvieron presentes el presidente de Carbap Horacio Salaverri y el vicepresidente de CRA, Pedro Apaolaza.
La lentitud del curso del Canal 1, que desagota a los partidos de Tandil, Ayacucho y General Guido tiene su causa fundamental en una serie de compuertas de retención que se le están construyendo -que obstaculizan el cauce- a unos quince kilómetros de su desembocadura, en el partido de Tordillo para evitar el ingreso de las mareas y contener el derrame de agua dulce en verano que se extrae para consumo del ganado. La obra, que debió haber sido concluida hace más de un año, sigue en trámite de ejecución, a pesar de que el Ministro de Asuntos Agrarios de la provincia de Buenos Aires Alejandro "Topo" Rodríguez anunció que la misma estaría concluida en cuarenta días.