MAR DEL PLATA (De un enviado especial).- La Argentina lo hizo. Una vez más. Los largos años de mercados intervenidos, ROE y cierre de exportaciones para el trigo generaron grandes descalabros en el comercio intra Mercosur. Y si bien países como Uruguay pudieron aprovechar el espacio que dejo la Argentina como proveedor de trigo en el bloque, incluso ese país necesita que nuestro trigo se vuelva a exportar a Brasil para que el gigante no mire hacia fuera del bloque en busca de nuevos proveedores. "Uruguay necesita una Argentina líquida en trigo para que Brasil no compre trigo a los Estados Unidos", dijo el uruguayo Ricardo Sosa, de Monitor Agrícola, en el Congreso "A Todo Trigo".

Hasta 2006 la Argentina abastecía el 80% de las importaciones de trigo de Brasil. Hoy, ese porcentaje no llega al 20%. "La liquidez del mercado se perdió y la Argentina ya no es confiable como proveedor", dijo el brasileño Edson Csipai, de Abitrigo en uno de los paneles del congreso "A Todo Trigo" donde se debatió los desafíos que enfrenta el comercio del trigo en el Mercosur.

Como resultado de la incertidumbre creada por la política de cupos de exportación, Brasil entendió que se ponía en juego su abastecimiento de trigo y tomo medidas abriendo su mercado al trigo norteamericano. La movida no le salió barata y dejó heridos por los mayores costos que tuvieron que pagar. El año pasado, Brasil compró a Estados Unidos cerca de 3,5 millones de toneladas por los que tuvo que pagar un diferencial extra de 50 dólares la tonelada, de los cuales 20 dólares se explicaban sólo por el flete.

El segundo paso de esta secuencia generada por la incertidumbre que provocaba el proveedor argentino fue que en Brasil se desató una gran presión política, alentada por el lobby de sus agricultores, para que las importaciones del cereal sean menores. "El gobierno ayuda al desarrollo del trigo nacional", sostuvo Edson Csipai. Lo cierto es que esta iniciativa no es nueva y cada uno de estos intentos de aumentar la superficie y el volumen del trigo brasileño fracasó. Las condiciones climáticas que necesita el trigo no se ajustan a los deseos brasileños.

Otra de las consecuencias que se produjeron a partir del quiebre en la confiabilidad argentina como proveedor natural de trigo fue que se generó una nueva serie de resguardos y restricciones en la política de importación brasilera del cereal. El más significativo fue la exigencia por mayor calidad. "Para hacer pan necesitamos trigo con no menos de 250 W. Por eso, Brasil siempre buscó comprar trigo argentino de calidad y mezclarlo con menor calidad nacional", dijo Csipai, pero alertó que la calidad del trigo argentino ha venido cayendo en los últimos años. Por eso, adelantó que en 2017 Brasil va a implementar una reglamentación que exigirá harinas con un límite máximo de 700 ppb de DON, equivalente trigo 1000 ppb (en certificado oficial de origen). Como condiciones de la negociación futura con la Argentina, una de las claves será que nuestro país reduzca el subsidio la exportación de harina y que se equiparen los impuestos de exportación de trigo y harina, según lo expuesto por el representante de Abitrigo.

"Nosotros creemos en el futuro del trigo argentino y tenemos muchas razones. Somos socios en el Mercosur, estamos muy cerca, tenemos logística favorable y productores apasionados por el trigo", dijo Csipai, y finalizó: "Brasil le pide a la Argentina que por favor trabaje y sea confiable como proveedor".

Por un cambio de reglas

Fernando Rivara

PRESIDENTE FED. ACOPIADORES

"Con medidas transparentes, la cadena del trigo se convertirá en una agroindustria muy dinámica"

Jorge González Montaner

COORDINADOR CREA MAR Y SIERRA

"Menos trigo es tener una agricultura con más costos y resistencias"

Raul Dente

ASESOR FEDERACIÓN ACOPIADORES

"¿Cuesta tanto aceptar el derecho de los productores a recibir el precio internacional?"

Esteban Jobbágy

INVESTIGADOR CONICET

"El trigo como los otros cultivos invernales cumple con un papel estratégico en la regulación hídrica regional".