"La caída de los precios es tan grande que la mejora en producción que se espera no compensa el ingreso neto esperado. En el mejor de los casos, este año se sale hecho", advierte Sebastián Gavaldá, presidente de Globaltecnos.
Al inicio de la campaña se presupuestaba con una soja de US$ 290 que hoy ronda los US$ 235. En maíz, en tanto se presupuestaba en 170 dólares y cayó a menos de US$ 125.
En Globaltecnos creen que hay que ir cubriendo la producción. "Lo que es para cubrir las necesidades financieras del primer semestre creemos que hay que ir cubriendo tanto el precio como el tipo de cambio. Va haber una gran necesidad de venta en cosecha y podría traer una presión estacional", indicó Gavaldá. Por el lado del financiamiento, prevé una financiación selectiva y con tasas altas en pesos. "Habrá que prever con tiempo la financiación de la próxima campaña", aconsejó.
Como otros especialistas, también vislumbra la continuidad de la política de tipo de cambio atrasado, al menos hasta pasada la cosecha, cuando ingresa la mayor cantidad de divisas.
"Creemos que es conveniente ir cerrando tipo de cambio futuro. Esto es recomendable sobre todo para las empresas endeudas en pesos; es una forma de cerrar la tasa de endeudamiento", afirmó.
La eficiencia "manda" para el actual concepto, ya sea a nivel productivo, de estructura y comercial. Por eso, para Gavaldá, "el concepto es cuánto dinero invierto y no cuántas hectáreas siembro".
Próxima campaña
Hay firmas reformulando sus estrategias más allá de "la tormenta perfecta que se está viviendo para la agricultura". En este punto, el consultor Teo Zorraquín se refirió a los puntos que ya se abordan. "Se analiza el tipo de campos a arrendar por precio y por productividad, buscando asociaciones que sean beneficiosas para ambas partes. Se están repensando las escalas de producción, donde quizá sea mejor sembrar algo menos, pero con menor nivel de apalancamiento o previendo una retirada parcial de inversores. En los casos mixtos se revisan la relación entre agricultura y ganadería. En todos los casos se siguen revisando los costos fijos", explicó.
"Hay empresas que son más optimistas y al pensar que la próxima cosecha se dará en un contexto de cambio de Gobierno la idea es mantener o aumentar la escala", finalizó.