Por Cristian Mira
La temperatura de la cadena del trigo está en ascenso. No sólo por el calor del verano que comienza sino también por el hartazgo frente a las consecuencias del cepo impuesto por el Gobierno a la comercialización del cereal.
El portazo que dio la Sociedad Rural Argentina (SRA) cuando anunció su retiro de Argentrigo, que agrupa a productores, exportadores, molineros y acopiadores, entre otros integrantes de la cadena, tuvo esta semana un eco en una carta pública del presidente de la entidad, Matías Ferreccio. En nombre de todos ellos pidió "no matar al trigo, porque más trigo es más riqueza para el país". Destacó, según un trabajo de la consultora Elypsis, que en las últimas cinco campañas hubo una caída del valor agregado en la cadena comercial por US$ 2544 millones de dólares como consecuencia de la vigencia de cupos de exportación y los ROE. Ferreccio sostuvo que al eliminarse las señales de precios en el mercado "no sólo el país ha perdido alrededor de tres millones de hectáreas de trigo, sino también mercados e ingresos de divisas". Los habitantes del bello edificio de Florida al 400 tomaron nota del contenido de la carta, pero siguen descontentos con la entidad que agrupa a la cadena.
No sólo Argentrigo advirtió sobre las consecuencias del cepo al cereal, también lo hicieron los exportadores. Voceros de las entidades que los agrupa dijeron que podrían autorizarse seis millones de toneladas para exportar sin que el mercado interno corra riesgos de desabastecimiento o suba de precios. En octubre pasado, el presidente del Centro de Corredores de la bolsa porteña, Javier Buján, había hecho en un congreso realizado en Brasil una estimación similar: en ese momento se podían autorizar seis millones de toneladas sin riesgos.
Los números más crudos fueron expuestos por el Centro de Corredores de Rosario. En diciembre, los productores dejaron de percibir en promedio $ 610 por tonelada si se compara el FAS teórico con lo que se pagó el trigo en el mercado. "En otras palabras, por cada camión que se comercializa (30 toneladas), el productor deja de percibir $ 18.000", expresaron. Los corredores rosarinos recordaron cuál fue el origen del cepo: la resolución 543 de mayo de 2008, que hizo de los ROE verde una auténtica licencia de exportación otorgada por la Oncca.
Mientras el campo y el país estaban convulsionados por la 125 que imponía retenciones móviles y dañaba básicamente a la soja, el Gobierno metió esa trampa que reemplazó al sistema de Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE) que permitía la libre competencia entre exportadores y molinos y derivaba en un precio justo de mercado. El Estado mantenía la potestad de control con la simple decisión de suspender el registro de DJVE si consideraba que había un riesgo en el abastecimiento interno. "Con aquel sistema nunca faltó maíz o trigo en el país", recordó el Centro de Corredores de Rosario. En aquel entonces, 2008, Daniel Miró, analista del mercado, había dicho con precisión: "El problema fundamental no fue la resolución 125, fue la 543, que modificó totalmente el régimen de exportaciones de la Argentina". El tiempo le dio la razón.
No sólo en declaraciones se advierte el malestar. Una asamblea en Tres Arroyos, organizada por Carbap, una concentración en Paraná durante la cumbre del Mercosur y un tractorazo en Río Tercero, Córdoba, organizado por la Federación Agraria están reflejando el descontento.
¿Qué hacen los destinatarios de todas esas palabras? Peor que nada. Autorizaron la exportación de 2,5 millones de toneladas en momentos en que se sabe que Brasil, por problemas climáticos que afectaron la cosecha en Paraná y Rio Grande do Sul, incrementó sus necesidades de importación en un millón de toneladas a las inicialmente previstas. Los farmers de Kansas deben estar agradeciéndole a Axel Kicillof. Estados Unidos puede ser el principal proveedor de trigo de Brasil.
Al cepo triguero se suma el del maíz. Cuando todavía no concluyó su siembra, el Gobierno apenas autorizó la exportación de ocho millones de toneladas cuando podría hacerlo ya por el doble de volumen y emitir una señal de alivio al cultivo, afectado por márgenes negativos. Martín Fraguío, director ejecutivo de Maizar, hizo un cálculo simple: con 16 millones de toneladas exportadas el Gobierno tendría asegurado en 2015 un ingreso de divisas por 2500 millones de dólares. En un contexto de escasez de divisas, el maíz le podría aportar un flujo interesante a la economía para transitar los últimos meses del mandato del gobierno con mayor tranquilidad.
En el exterior, el maíz está por remover un nuevo obstáculo: China aprobará el ingreso del maíz transgénico MIR162, que le había frenado a exportadores norteamericanos porque no había autorizado su comercialización. En la última cumbre de los países de la APEC, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, le planteó a su par de China, Xi Jinping, por una solicitud de sus productores y exportadores, la necesidad de acelerar las aprobaciones de eventos biotecnológicos. Maizall, alianza de productores maiceros de los EE.UU., Brasil y la Argentina, entre los que está Maizar, fue clave en ese reclamo. El mundo avanza en otra velocidad, sólo hay que darse cuenta aquí.
Resumen
11,3%
Deterioro
Ésa fue la merma del poder de compra del salario anual para comprar carne vacuna, según Ciccra
La frase
Matías Ferreccio- Presidente de Argentrigo:
"En el trigo la Argentina debe recuperar el liderazgo histórico".