Borreria es una de las malezas complicadas para su control. Es una planta cuyo ciclo dura varias campañas y posee xilopodios, yemas que le permiten el almacenamiento de reservas. En invierno por el frío muere la parte vegetativa aérea, pero quedan latentes estas yemas. Además, todos los años crecen plantas que provienen de semilla, pero se pueden combatir si se las enfrenta de chicas.

En Monte Ralo, Córdoba, el problema para muchos productores fue que se toparon con grandes rodales y los controles químicos no los frenaban.

Para afrontar la maleza, en 200 hectáreas Jaime Brouard usó un cincel con arcos de 19 mm de espesor. Le adicionó unas rejas con alas planas de 350 mm de ancho en cada arco y cuchillas circulares de 16 pulgadas para cortar el rastrojo. "Se probó con una separación entre arcos de 350 mm y 250 mm, pero los mejores resultados se obtuvieron con 250 mm de separación ya que se logró una superposición de 50 mm entre los arcos delanteros y traseros", explicó.

Brouard le había dado a las rejas un diseño de manera tal que la raíz quedara completamente descalzada y luego con una rastra de dientes y rolos se rompa todo el terrón que la sujeta.

En rigor, al momento de realizar el trabajo detrás del cincel se engancharon cuerpos de rastra de dientes y por detrás de rolos desterronadores de 1 m de diámetro. "La profundidad de la labor se realizó a 280 mm, ya que allí se encuentran las raíces de la Borreria", señaló. El trabajo se realizó en julio y agosto para dejar las raíces desnudas y expuestas al frío.

El productor dice que los costos del control mecánico y el químico no son comparables. Considera que el control mecánico no implica que se pueda saltear el control químico. En efecto, luego del combate de las plantas que venían del xilopodio, para el control de esas plantas que provenían de semillas aplicó flumioxazin, diclosulam, glifosato premium y un siliconado. "No se pueden comparar los costos de control mecánico versus químico, sino que son costos que hay que sumar porque la problemática se aborda desde los dos lados", afirmó.

Una cuenta, no obstante, marca un fuerte contraste. Mientras el costo del tratamiento mecánico con la maleza avanzada (cincel modificado más rastra de dientes y rolo desterronador) se ubicó en $ 58,51 por hectárea, el costo del control químico presiembra resultó, en costo directo de insumos, de $ 466,45 por hectárea.

Los casos donde se hace labranza por las malezas parecen extenderse a más regiones. "En zonas del NEA se observa mas labranza y aquí hay algunos productores que roturan todo el lote o lo hacen en forma localizada donde se encuentran los manchones de malezas", graficó Marcelo de la Vega, profesor adjunto de la cátedra de terapéutica vegetal de la Universidad Nacional de Tucumán.

 

Diego Ustarroz- Técnico Inta Manfredi:

"La siembra directa se trata de conservar porque es indudable su beneficio, pero se ven más lotes movidos en forma parcial o total"

 

Gustavo Duarte- Consultor:

"No hay justificación para tirar muchos años con siembra directa. Hay que ser más prolijos en el timing del control".