PARANÁ.- Cuando en 2004 la familia Cerini decidió salir a jugar fuerte y a alquilar más allá de las 1000 hectáreas propias, se preguntaba cómo iban a competir con los grandes pooles que ofrecían altos alquileres por adelantado a los dueños de campos de su provincia, Entre Ríos.

En ese momento entendieron que no sólo se trataba de ganar escala sino de mostrar además elementos diferenciales que los hicieran elegibles a los ojos de los arrendatarios.

"Trabajamos los campos ajenos como los propios", sintetiza Alberto Cerini, presidente de la empresa El Hinojo SA y padre de Dolores, Gerónimo y Juan Pablo. Junto con sus hijos y su mujer, María Noemí Balbi, integran una explotación que hoy, diez años más tarde del primer contrato de arrendamiento, trabaja 15.000 hectáreas de las cuales solo el 10% es propio.

Pero la diferenciación no se da solo en el trato con los dueños de los campos. Junto con la decisión de arrendar para ganar escala y diluir los costos fijos, la firma decidió intensificar la agricultura y destinar casi toda el área al doble cultivo anual para achicar el impacto del mayor costo variable, el del arrendamiento, en los márgenes anuales de cada hectárea cultivada.

Sin embargo, las enormes dificultades para comercializar trigo por las trabas impuestas por el gobierno nacional a la exportación del cereal, que Entre Ríos sufrió especialmente durante la campaña 2010/11, y la poca aptitud de los suelos de la provincia para el maíz, que no permiten los altos rindes, impulsaron otro cambio de estrategia.

Fue así como la empresa abandonó la rotación tradicional -soja de primera, seguida por trigo-soja y maíz de primera- por un esquema intensivo en el que se siembran cultivos invernales en toda el área agrícola. Además, se reemplazó el trigo como único cultivo invernal por otros cultivos de invierno, como la cebada, la colza, la arveja, y este año se agregó por primera vez la chía. Intentaron con garbanzo, pero no obtuvieron buenos resultados.

Y con la colza tuvieron inconvenientes durante los primeros años dado que les exigían entregarla con un 8% de humedad, lo que dificultaba los tiempos de cosecha y les generaba un alto riesgo de que la semilla se desprendiera de la planta antes de ser cosechada. "Ahora ACA acepta hasta un 15% de humedad para la colza; eso nos facilitó mucho la logística", dice Gerónimo Cerini, gerente de producción de la firma.

Por otra parte, se realizaron contratos de multiplicación de semilla forrajera con semilleras y se sembró con ese destino avena, cebada forrajera, cebadilla, rye grass y lotus. De esa forma, se amplió la variedad de cultivos invernales y se minimizó el riesgo no sólo climático sino comercial, máxime teniendo en cuenta la intervención estatal en el mercado del trigo.

Todas las hectáreas que se siembran con cultivos de inverno se siembran luego con cultivos de verano, que son básicamente soja de segunda y maíz de segunda. Se siembra tambien una pequeña superficie de amaranto.

Con este nuevo esquema, la rotación es trigo-soja de segunda en el primer año, cebada-soja de segunda en el segundo año, colza-soja de segunda en el tercer año, y arveja-maíz de segunda en el cuarto año.

Así, mientras con el esquema tradicional se destinaba un 50% de la superficie a soja de primera, un 25% a maíz y el 25% restante a trigo-soja de segunda, en el nuevo planteo se destina un 25% de la superficie a trigo-soja de segunda, cebada-soja de segunda, colza-soja de segunda y a arveja-soja de segunda.

De esta forma, el planteo encaja mejor con las características propias de los suelos de gran parte de Entre Ríos, que al humedecerse se expanden y al secarse se agrietan, que registran rindes promedios del maíz de primera de 65 quintales por hectárea, y de 50 quintales en un maíz de segunda, y con poca diferencia tambien entre los potenciales de rendimiento de la soja de primera y de segunda (27 quintales por hectárea contra 23).

Además de licuar el costo del arrendamiento en dos cultivos anuales, los Cerini realizan un uso más eficiente de la maquinaria agrícola (toda propia y adquirida con creditos productivos) que también se ofrece para labores a terceros.

Ganar sustentabilidad

Con una mayor rotación, y con los suelos cubiertos todo el año, mejoró el balance de carbono. "Pudimos mejorar la calidad de los suelos típicos de Entre Ríos que, dada su topología ondulada, tienen mayor riesgo de erosión", afirmó Alberto Cerini, y agregó: "Acá no alcanza con siembra directa, los suelos tienen que estar cubiertos todo el año".

El nuevo planteo genera también una mayor rotación de principios activos así como de las fechas en las que se aplican. "Entre los cambios que impulsamos, queremos generar un uso racional de los agroquímicos a través de la implementación de las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA)", destacó Alberto Cerini.

En 2012, El Hinojo SA se convirtió en la primera empresa de Entre Ríos en conseguir el sello de Agricultura Certificada (AC), el protocolo de buenas prácticas que promueve la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid). Este certificado se obtuvo para uno de los establecimientos que trabajan, en el que se realiza siembra directa desde 1997. El año pasado sumaron otro establecimiento a la certificación. "No puede faltar mucho para que se le exija algún tipo de certificado de sustentabilidad a los alimentos para ingresar a ciertas comunidades, y cuando esa barrera este vigente, estaremos mejor posicionados que el resto", explica Dolores Cerini. El hecho de pertenecer a Aapresid y de formar parte de un grupo CREA (Victoria-Entre Ríos) les hizo más fácil el camino para conseguir la certificación porque ya tenían un ejercicio en la sistematización de la información.

Pero más allá del empuje de la familia Cerini, la empresa no escapa a las condiciones de la coyuntura. Con la suba de los costos y la baja de los precios de los granos, es muy probable que en el próximo febrero, cuando se sienten a negociar los alquileres con los dueños de los campos, intenten llevarlos a porcentaje del resultado de la cosecha.

La empresa sigue creciendo con la ampliación de la superficie bajo riego, la capacitación al personal (hoy cuentan con 29 empleados) y ahora con un proyecto de produccion sustentable de carne de cerdo en el que llevan invertidos más de $ 6 millones desde 2013, con creditos productivos. Ésta es hoy la principal inversión de El Hinojo SA que comenzó hace diez años con el alquiler de La Armonía, el campo de la abuela de un compañero de estudios de Gerónimo Cerini y que sigue siendo parte de las 15.000 hectáreas que hoy trabajan.

Para sortear el riesgo

Una sucesión de dobles cultivos

El planteo se adapta mejor a los suelos entrerrianos y permanecen siempre cubiertos.

El reemplazo del trigo trajo éxitos y fracasos

Siembran cebada, colza, arveja y este año probaron con la chía. Con el garbanzo no les fue bien.

Multiplican semilla forrajera

Para las semilleras, sembraron rye grass, cebada forrajera, cebadilla, avena y lotus. Así amplían los cultivos invernales

La rotación mejoró el balance de carbono

Los dos cultivos por año aumentaron el aporte de rastrojos y mejoraron la calidad de los suelos.