SAN MIGUEL DE TUCUMÁN -"Amado querido, el pueblo está contigo", gritó durante unos pocos segundos un puñado de jóvenes de La Cámpora desde el palco del teatro Mercedes Sosa, con capacidad para 1500 personas, y que esta vez estuvo lejos de colmarse. En el escenario, el vicepresidente Amado Boudou sonreía y tiraba besos, mientras el resto del gabinete de ministros y funcionarios se ubicaba en sus lugares designados, lejos del vicepresidente y de la euforia de otros actos masivos del kirchnerismo.

En sólo 25 minutos, dentro de un espacio cerrado y controlado, sin cadena nacional ni despliegue excesivo de aparato político provincial o nacional, el vicepresidente Boudou concretó su primera aparición pública de importancia luego de ser procesado por el juez Ariel Lijo en la causa Ciccone.

El que se vio en esta ciudad fue un vicepresidente rodeado de una fuerte custodia, que evitó todo contacto con la prensa e intentó sonreír como siempre, aunque la tensión se le notaba en la rigidez de su rostro. No habló una sola palabra de la causa judicial, y se mostró (por orden de Cristina Kirchner) acompañado por un gabinete casi en pleno, pero visiblemente incómodo con la situación. Boudou estuvo, a fin de cuentas, sólo dos horas en esta provincia, donde encabezó los festejos oficiales del aniversario de la independencia nacional, junto al gobernador José Alperovich, un anfitrión oficial que tampoco le prodigó elogios ni muestras de apoyo excesivas.

Cerca del vicepresidente explicaron las razones de su retorno. "Cuando Cristina confirmó que no iba por su laringitis no había tiempo para que le surgiera un viaje, u otro compromiso. No podía no venir", afirmaron a LA NACION. Y coincidieron en que el partido Argentina-Holanda jugado ayer en el Mundial era un motivo ideal para "diluir" el impacto de un funcionario procesado encabezando los actos oficiales del 9 de Julio.

En su discurso, y luego de unas breves palabras de Alperovich, Boudou siguió el manual del buen kirchnerista con elogios a la Presidenta. "En estos tiempos difíciles es muy importante tener un liderazgo y un gobierno como el de nuestra presidenta. Y le decimos al mundo: tenemos una presidenta que toma decisiones por y para el pueblo. Y a las corporaciones, que no es el tiempo de ellos, sino de la inclusión social", gritó durante su discurso, que duró sólo once minutos, y en el que alabó a la actual mandataria en igual proporción que a Juan Perón y Néstor Kirchner.

Luego de repetir críticas al "colonialismo económico, financiero y mediático", y de elogiar a Perón por conseguir "la soberanía económica del país", Boudou dijo que "tuvieron que pasar muchos años" hasta que otro presidente, Néstor Kirchner, "se ocupara del problema de la deuda". De allí pasó a elogiar las actuales negociaciones del ministro de Economía, Axel Kicillof (ausente en el acto, al igual que Julio De Vido y Alicia Kirchner), con los holdouts. "En otras épocas, los ministros de los gobiernos iban a Washington a sacarse fotos en la alfombra roja. Hoy tenemos ministros que van a plantear las necesidades del país, con toda la voluntad de pago, pero no lo vamos a hacer a expensas del pueblo", se entusiasmó el vicepresidente. Al igual que en otras intervenciones, sólo el titular de Justicia, Julio Alak, lo aplaudió desde las sillas reservadas para el gabinete. Al igual que Cristina, Boudou criticó a Gran Bretaña por su "enclave colonial" en las islas Malvinas y prometió continuar con el reclamo de soberanía.

El vicepresidente había llegado a las 11 en un vuelo de Aerolíneas Argentinas al aeropuerto local, donde lo esperaban Alperovich y su esposa, la senadora Beatriz Rojkés. De allí fueron juntos hasta la Casa Histórica, donde Boudou cantó con ganas el himno nacional, colocó una ofrenda floral y firmó el libro de visitantes ilustres. A la medida de su visita, entró por una puerta lateral de la Casa de Tucumán y al salir sus "patovicas" de seguridad se encargaron de alejarlo de la prensa.

"¡Dos minutos, Boudou; es el Día de la Independencia!", le gritó una periodista que intentó infructuosamente que el vicepresidente se bajara de la camioneta que lo trasladaba junto a los ministros hasta el acto. En la Plaza Independencia, se bajó y se mezcló con manifestantes. "Te reís ahora, pero vas a ir preso", le gritó una señora exaltada mientras lo veía sonreír. Hubo tumultos, y hasta un forcejeo de su vocero Sergio Poggi con un camarógrafo que intentaba acercarse (ver página 7).

Luego del acto, un miembro de la comitiva reflexionaba sobre el vice. "Hizo lo que tenía que hacer, es una situación dolorosa para todos y él la resiste como puede", lo disculpó la fuente. También expresó el sentir de varios ministros que lo acompañaron: "Lo de él ya es cosa juzgada. Esperemos que la Justicia actúe rápido", reflexionó el integrante de la delegación, ya con Boudou rumbo a Buenos Aires.

Fuerte defensa e identificación con el Gobierno

Amado Boudou

Vicepresidente

"Para terminar con la deuda hay que terminar con la colonia"

"Cuando se prioriza el sistema financiero, como hasta 2003, uno de cada cuatro argentinos perdió su trabajo"

"En otros gobiernos, los ministros iban a Washington a sacarse fotos en la alfombra roja; hoy van y dicen que tenemos voluntad de pago, pero no a expensas del pueblo"

"Tenemos una Presidenta que toma las decisiones por y para el pueblo"

"No es tiempo de las corporaciones, sino de la inclusión social"

"Es una vergüenza que en el Atlántico Sur siga habiendo un enclave colonial como las islas Malvinas"