La devaluación de principios de año congeló la compra-venta de campos, que viene golpeada desde que se instauró el cepo cambiario, a fines de 2011. Sin embargo, el último impacto sobre el negocio comienza a revertirse, a medida que se retoman consultas e, inclusive, se cierran operaciones.
Según Juan José Madero, director de la División Campos de L.J.Ramos, a partir de que se acorta el tiempo para un cambio de gobierno, el ambiente de negocios en el sector se tonifica. A través de un informe al que tuvo acceso El Cronista, el experto agregó que con el transcurso del tiempo, el mercado, muy lentamente, fue recuperando actividad, con algunas concreciones de negocios a pesar de la continuidad del cepo cambiario.
En este sentido, los especialistas observan un leve incremento de la oferta que, a diferencia de los últimos dos años, incluye campos en zona pampeana. Además, la decisión de venta, en general, es firme. Según el trabajo, los propietarios de campos marginales, están abiertos a considerar contraofertas tanto de precio como de forma de pago, incluyendo permutas, plazo con saldo fijado en especie. En paralelo, los dueños de campos de la zona pampeana, por un lado han asumido la baja que se dio desde fines de 2011, pero por el otro, son menos flexibles a considerar formas de pago que no sean con dólares, agrega el relevamiento.
Desde el lado de la demanda, hay un leve incremento con requerimientos orientados hacia campos agrícolas de zona pampeana, principalmente, y el perfil inversor es de origen local.
El escenario internacional es favorable para la inversión en tierras y seguirá siendo así si las tasas internacionales continúan bajas y la demanda de alimentos en el mundo crece. Hay interés para la inversión en Argentina con visión de mediano plazo, asegura el analista en su informe. De todos modos, advierte que la coyuntura actual mantiene este interés aún expectante. Además, la tendencia generalizada es de valores amesetados desde la baja que registró el mercado entre mediados de 2012 y 2013. Este efecto es consecuencia de la situación del mercado, en el que todavía la posibilidad de concreción de operaciones continúa dependiendo de la voluntad de las partes de buscar soluciones al marco operativo actual, de restricción al acceso a las divisas.
Como referencia, la zona núcleo maicera ronda los u$s 15.000 por hectárea; los campos ganaderos de la Cuenca del Salado promedian los u$s 2.500 a u$s 2.800 por hectárea; y el oeste de Buenos Aires, entre u$s 5.000 y u$s 7.000 por hectárea, según los valores indicativos de J. L. Ramos. El análisis agrega que si bien el escenario político y económico con escaso incentivo a producir persiste, la cuenta regresiva de un fin de ciclo hace que no se esperen nuevas bajas de precios.
El mismo motivo, añade el documento, inspira mayores consultas, porque se generaliza la percepción que hay voluntad de llevar la transición de fin de gobierno con la mayor calma posible.