Hace algunas semanas, el Banco Central aumentó la tasa de interés que paga en las letras que emite, lo cual disminuyó los diferentes precios del dólar. ¿Es este resultado permanente o transitorio? ¿Constituye un sustituto o un complemento de una política económica integral?
Para saber más sobre esto entrevisté al norteamericano James Tobin (1918-2002), quien estudió en Harvard y enseñó en Yale. Entre 1961 y 1962, junto con Walter Wolfgang Heller y Kermit Gordon, integró el Consejo de Asesores Económicos del presidente John Fitzgerald Kennedy.
-Usted formó parte de la generación que precisó las funciones macroeconómicas de corto plazo.
-Keynes era un gran escritor, pero La teoría general fue preparada a las apuradas. Duesenberry, Friedman y Modigliani mejoraron la función consumo; Eisner, Jorgenson y Strotz, la de inversión; yo incorporé varios activos financieros, por lo cual en 1981 me otorgaron el Premio Nobel. ¿Por qué la gente desea mantener un activo que no devenga interés (billetes), cuando podría tener otros que sí lo devengan (bonos)? Porque el efectivo es una manifestación de la aversión al riesgo. En 1990, por el desarrollo de la teoría de los portafolios, Harry Max Markowitz recibió el Nobel, y lo compartió con Miller y Sharpe.
-Es además conocido por el "impuesto Tobin" y la "q".
-El primero busca obstaculizar los movimientos internacionales de capital de corto plazo. La propuesta me convirtió en un ídolo para los antiglobalizadores, aunque soy un entusiasta de la globalización. La "q" relaciona el valor y el costo de los equipos y sirve para explicar la tasa de inversión.
-Ayúdeme a entender la relación entre el precio del dólar y la tasa de interés que pagan las letras emitidas por el Banco Central.
-Imagine un gráfico en cuyo eje horizontal se mide el tiempo y en el vertical el precio del dólar y la tasa de interés. A veces las dos curvas tienen pendiente positiva, a veces la curva de la tasa tiene pendiente positiva y la del dólar, negativa. Esto último es precisamente lo que está ocurriendo en la Argentina, en las últimas semanas.
-Se ganó la batalla, afirman algunos.
-El Banco Central limitó la tenencia de divisas en manos de los bancos, e indujo un cumplimiento inmediato de la disposición, al ofrecer mayor tasa de interés en pesos. La expectativa de mantenimiento, y hasta de reducción, del tipo de cambio oficial, indujo a los exportadores, por un lado, a apurarse a vender divisas, y a los importadores, por el otro, a demorar algunos pagos. Lo contrario de lo que venía ocurriendo cuando el precio del dólar aumentaba todos los días.
-¿Éxito permanente o transitorio?
-Ésta es justamente la pregunta. La década de 1980 enseña que, en el camino de ida de la subida del precio del dólar, el aumento de la tasa de interés por sí mismo genera una disminución transitoria de la cotización de la divisa. En un gráfico en cuyo eje horizontal se mide el precio del dólar, y en el vertical la tasa de interés, la situación se vería como un conjunto de curvas de pendiente negativa, cada una de las cuales corresponde a un diferente nivel de expectativas.
-Vuelva a la economía.
-Si lo único que hace el Gobierno es aumentar la tasa de interés, la disminución del precio del dólar sólo será transitoria. Máxime porque, como clarificó Carlos Alfredo Rodríguez, la mayor tasa de interés que paga el BCRA aumenta el déficit cuasifiscal, de manera que la aparente restricción monetaria actual genera mayor emisión monetaria futura. Como la población advierte esto, cada vez exige mayor tasa de interés para no volcarse a la compra de dólares, hasta que llega un momento en que ningún nivel de tasa es capaz de frenar la corrida.
-Pero a partir de marzo de 1990 ocurrió lo contrario.
-Porque luego de un par de meses dramáticos, después de la implementación del plan Bonex, el dictado del decreto 435 convenció a la población de que la política económica incluía un fuerte ajuste fiscal. Aumentar la tasa de interés sirve para ganar tiempo; si el Gobierno no lo usa para crear una política económica consistente y creíble, la actual dinámica tasa-dólar no se sostendrá.
-Don James, muchas gracias.