Cambia el mes, pero no la intensidad con la que operó el mercado en los meses de enero y febrero, por lo que más que probablemente la volatilidad y la selectividad seguirán como características. Dólar, reservas, la dinámica del ajuste fiscal, tasas atadas a la emisión e inflación, como Club de París, FMI y el juicio de los holdouts seguirán formando parte entre otros puntos de la agenda financiera. No obstante, hay una realidad: el comportamiento de estas variables o el devenir de estos temas dependerá en concreto de decisiones políticas.
Por empezar, el fin de semana largo nos dejará aún más desacoplados de lo que venimos del mercado externo. Por ende, habrá que conocer al menos dos temas: el primero, la evolución de los ADR argentinos y los bonos en Nueva York, y en segundo lugar, el análisis del discurso de ayer de la Presidenta ante el Congreso.
Esta semana habrá datos relevantes en la agenda norteamericana, como el reporte de empleo, en tanto que en Europa se mantendrá la mirada sobre Ucrania y los emergentes como China. La estabilidad de estos países se mantiene aún frágil, lo que implica que no se puedan descartar nuevas turbulencias en los mercados por este tema. Por otra parte, también como driver se sigue el comportamiento de la política monetaria de los países desarrollados. En Estados Unidos se entiende que la FED decidirá mes a mes, y sobre la base de la agenda económica, los recortes en la compra de bonos. Mientras que se mantiene la expectativa de que Japón pueda profundizar su QE, a la vez que el BCE podría tomar nuevas medidas de política monetaria ante riesgos deflacionarios que crecen. En este último punto, no pasará desapercibida la reunión de la entidad el jueves próximo. Dada la coyuntura, no descartamos que exista por momentos mayor cautela por parte de los inversores, aunque eso no quita que la rentabilidad proyectada para las acciones se mantenga por arriba de la de la renta fija y la visión se mantenga positiva.
Volviendo a lo local reafirmamos la proyección de un mercado de acciones más bien lateralizando dentro de un rango de precios amplio y profundizando aún más la selectividad. La temporada de balances prácticamente termina con un resultado en líneas generales positivo, aunque igual seguimos considerando que lo que los inversores hoy deben analizar es el efecto que tendrá el estancamiento económico, la inflación y la intervención del Gobierno en algunos sectores sobre la rentabilidad futura de las compañías.
Por su parte, los títulos públicos se mantendrán operando en un marco de mayor volatilidad. Actualmente, los bonos indexados presentan rendimientos de entre 4 y 8% más el CER, que se estima hoy en torno al 20 y 25%, niveles que darían aún un poco más de margen de up-side adicional en las cotizaciones si el Gobierno se encamina finalmente hacia un reconocimiento real de la inflación. En ese marco, cobra relevancia el dato de inflación de febrero, que se conocerá el 17 de marzo. Mientras tanto los bonos en dólares aún se mantienen en rendimientos elevados. El Boden 2015 y el Bonar 2017 presentan Tires del orden del 12% y 15%, respectivamente, lo que continúa reflejando la incertidumbre respecto del corto plazo para la Argentina. En las próximas semanas, además, se deberá ver cómo se incorpora a la curva de rendimientos el nuevo Bonar 2024 a emitirse por el acuerdo con Repsol por el pago de YPF.
Los que comparten acciones y bonos, en tanto, serán los drivers . Uno de ellos, el comportamiento del dólar y las reservas, aunque marzo promete estabilidad en este sentido producto del aire que seguirá dando la readecuación de los bancos a la normativa del BCRA, como en especial el comienzo de la temporada fuerte de liquidación de divisas por parte de los exportadores. Por otra parte, cerrado el acuerdo con Repsol, se mantendrá la mirada sobre los avances que se puedan observar en el tema Club de París, FMI y el juicio de los holdouts . Cualquier noticia positiva en este sentido debería ser bienvenida para las cotizaciones.