En ese contexto debe interpretarse la suba en la tasa por parte del Banco Central, en una decisión ortodoxa que no se observaba desde los primeros tiempos de la administración Néstor Kirchner. La idea es “pasar el primer trimestre”, esperando la tradicional entrada de divisas en el período abril-junio, estacionalmente favorecido por las exportaciones.
Una circunstancia negativa para el mercado es la cuota de incertidumbre que por un lado produce el cambio de política en la Reserva Federal, y en el orden interno, las contradicciones en las decisiones que se toman.
No es casual que el mercado se esté inclinando hacia las acciones de empresas agropecuarias, las que se ven beneficiadas luego de la fuerte y rápida devaluación de enero. Las favorecidas en la coyuntura son San Miguel, Paty, Agrometal, Molinos y Ledesma. Obviamente, también hay considerar a exportadoras por excelencia, como Siderar y Aluar. Se destaca Agrometal, que quedó muy desarbitrada, en especial luego del pago del 100% en acciones. Parece que quiere recuperar el tiempo perdido. En la “nueva” Paty, más chica y con capacidad de ganancia, se advierte un claro predominio de la demanda con una oferta reticente.
Vuelve a sobresalir Tenaris, muy sólida, a la espera del cuarto trimestre y el final del ejercicio, con tácito “seguro de cambios”.
Lo cierto es que históricamente las devaluaciones determinan tarde o temprano actualizaciones en las capitalizaciones bursátiles de las empresas. En término de dólares, las firmas argentinas, por lejos, son las más baratas de la región, y en ciertos casos, lo que valen por Bolsa ni compensan el valor económico de sus marcas y patentes.