El Gobierno volverá a desplegar hoy una de sus jugadas más repetidas en medio de la tormenta cambiaria. A media mañana, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, se verá con los representantes de las principales compañías cerealeras del país. Buscará saber, de acuerdo con la terminología que utiliza el Gobierno, cuánto stock tienen en "silobolsas". También les pedirá que apuren la exportación de lo almacenado para ingresar dólares al país y contener, de esa manera, la crónica pérdida de reservas del Banco Central. Es lo mismo que reclamó en los últimos días a través de discursos en público.

El encuentro fue pactado a mediados de la semana pasada, según informaron fuentes del sector privado que pidieron reserva de sus nombres. Las compañías enviarán una comitiva liderada por Alberto Rodríguez, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara), y compuesta por ejecutivos de las principales compañías del sector, un lote en el que se encuentran Cargill, AGD, Bunge, Dreyfus y Nidera, entre otras.

Aunque no se lo confirmaron, los ejecutivos esperan que del encuentro también participen el ministro de Economía, Axel Kicillof, y el presidente del Banco Central, Juan Carlos Fábrega. Son viejos conocidos para las cerealeras. A fines del año pasado, las empresas acordaron con los tres funcionarios realizar exportaciones y comprar una letra del Banco Central por más de 1800 millones de dólares.

Pese al guiño de las compañías, el Gobierno volvió a la carga en los últimos días contra el sector. Capitanich acusó el viernes a los grandes productores agrícolas de "amarrocar" sus stocks de soja por "avaricia", algo que demoraba la liquidación de divisas.

Según el jefe de Gabinete, hay "proyecciones en materia de liquidaciones de exportaciones de cereales equivalentes a entre 27.000 y 30.000 millones de dólares, entre stock no liquidado y a liquidar, producto de la nueva cosecha y también con la venta de otros bienes que se exportan". También destacó que "la meta alcanza para este año a los 94.000 millones de dólares".

La reunión se realizará en medio de un clima enrarecido debido a las últimas críticas oficiales hacia el sector. Ayer, por caso, un cable de la agencia Télam ponderaba, sobre la base de citas de representantes de pequeños productores cerealeros, la conveniencia de crear un organismo similar a la Junta Nacional de Granos del peronismo.

"Veo que el Gobierno está tratando de impulsar a los exportadores a vender para captar mayor cantidad divisas", opinó el economista de la Sociedad Rural Ernesto Ambrosetti, consultado acerca de las expectativas que hay en el sector por la reunión convocada para hoy por Capitanich. Señaló, sin embargo, que el Gobierno les debe a los exportadores los derechos de exportación por dos millones de toneladas de trigo que fueron adelantadas en la campaña anterior y que más tarde el entonces secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, no permitió exportar. Y aclaró que las liquidaciones de divisas de los exportadores son normales.

Ingresos

Como ya informó LA NACION, al país habrían ingresado 4000 millones de dólares por granos que no se vendieron hasta el momento, según un cálculo que hizo el consultor del mercado granario Gustavo López, director de Agritend. Se explican por los 600 millones que todavía no se vendieron de trigo, los 1000 millones de maíz y los 2400 millones de soja de la vieja y la nueva cosecha.

En soja, de la cosecha vieja quedan actualmente sin vender algo menos de 10 millones de toneladas y se calcula que quedarán, al momento que entre la nueva cosecha, unos 6 millones. Este arrastre duplica los 3 millones de toneladas que habitualmente pasan de una cosecha a otra.

Entre la soja de la vieja y de la nueva cosecha sin vender, comparando con la comercialización de los últimos años, hay 2400 millones de dólares.

Dura crítica de Ishii a los sindicatos

El ex intendente de José C. Paz y actual senador bonaerense Mario Ishii cuestionó la actitud de algunos gremios en tiempos de negociación salarial. "Los sindicatos no pueden hacer de las paritarias un golpe de Estado", dijo Ishii en una entrevista publicada en el sitio www.lapoliticaonline.com .

Ishii pretende impulsar un proyecto de ley para que los empleados municipales puedan negociar sueldos. "La idea es plantear un mínimo para todo el país de $ 3600 y después cada distrito discute la paritaria que puede. El que no recauda no puede pagar", sugirió.

Ishii está hoy enfrentado con el kirchnerismo y se mantiene cerca del gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, pero también apuesta por Sergio Massa, del Frente Renovador.