En enero, los precios pegaron un nuevo salto, sobre todo en alimentos, y con más fuerza en el transporte de colectivos en la región metropolitana. Esto tuvo impacto directo en el costo de la canasta familiar de pobreza, que trepó a 6.396,73 pesos en el primer mes de 2014. En tanto, los ingresos de la población se mantuvieron sin cambios.
Por este desfase entre precios y salarios o jubilaciones, el total de pobres se elevó a 12.459.000, contra los 11.950.000 que había al cierre del año pasado . Esto representa un incremento de 509.000 personas en apenas un mes. Ahora, la tasa de pobreza llega a 30,9% de la población.
Los datos fueron relevados por el Observatorio Social de la CGT de Hugo Moyano. En su medición anterior, la CGT había informado que entre octubre y diciembre s e habían agregado 550.000 pobr es. Ahora, casi este mismo aumento del número de pobres se alcanzó en solo 30 días por el salto inflacionario. Y todavía falta computar el impacto de la suba del dólar a $ 8, impulsada por el Gobierno a mitad de enero, sobre el índice de precios y el valor de la canasta de pobreza y que se sentirán sobre todo en febrero.
El informe de la CGT aclara que este número de pobres comprende a las personas — y sus familias – que disponen de un ingreso monetario, por trabajo, jubilación, programas gubernamentales u otros, pero no les alcanza para comprar los bienes y servicios indispensables y básicos.
Por eso se denomina “pobreza por ingresos” o “pobreza transitoria” para diferenciarla de la “pobreza crónica o estructural” que mide las privaciones en vivienda, salud, educación y otras variables.
Así una familia puede tener ingresos para alimentarse y no es considerada indigente. O percibir ingresos para cubrir los gastos básicos y no ser pobre. Pero al mismo tiempo puede integrar el universo de la pobreza estructural porque viven en casas precarias, en condiciones de hacinamiento y con grandes carencias en educación y salud Sobre esta base, la CGT precisa que “estas cifras deben ser tomadas considerando que gran parte de la población más pobre es asistida mediante algún programa social que le permite un ingreso mínimo en su economía, aunque no mejora ni su situación de pobreza y, mucho menos, y de mayor gravedad, sus potenciales para salir de su pobreza estructural”.
Con relación a las mediciones oficiales, las diferencias sobre el número de indigentes y pobres no son nuevas pero se agrandan. Ya suman 7 años, desde que en enero de 2007 quedó “intervenida” el Área de Precios del INDEC afectando los índices de precios, el cálculo del PBI y los indicadores sociales. Con el paso del tiempo, lejos de reducirse, la brecha se fue ampliando a tal punto que hay dos Argentinas según las estadísticas que se utilicen.
Recién el 23 de abril el INDEC dará a conocer la estadística de indigencia y pobreza de la segunda mitad de 2013. La de la primera mitad del año pasado arrojó el 4,7%, menos de 2 millones de personas.
La diferencia en más o en menos de casi 11 millones de pobres se debe a que para el INDEC, con datos de diciembre , la canasta de pobreza costaba $ 1.783,63, apenas una cuarta parte del valor calculado por la CGT.
Con estas mediciones en la mano, la semana pasada Hugo Moyano pidió que el gobierno otorgue una suma fija a todos los trabajadores de $ 3.000 antes de las paritarias.