"¿Cuánto está el dólar (blue)?", preguntan de un lado del teléfono. "$12,85, sube 25 centavos, pero no hay ventas", responden en las cuevas. La charla se repite casi calcada marcando otros números, en las consultas a más una decena de cambistas clandestinos que este medio hace diariamente para trazar un promedio de la cotización del billete en el mercado informal.

La pregunta es por qué sigue escalando si casi nadie compra. La respuesta no es compleja. En los últimos meses la brecha que llegó a estar al 100% entre el oficial y el paralelo dio ganancias grandes a los cueveros y arbolitos. En estos primeros días de flexibilización, no les queda otra que elevar el precio y tratar de que el margen de ganancias no se derrumbe tanto. Es que el volumen negociado en el mercado marginal cayó un 50% respecto a la semana pasada y es apenas una décima parte del alcanzado en el momento de esplendor para los operadores del blue, allá por las vacaciones de invierno de 2013.

La estrategia de las cuevas chicas es clara. Buscan "resistir al negocio" porque saben que, a diferencia de algunas financieras que comenzaron a prever alternativas, ellas no tienen mucho margen para "reconvertirse". Es por eso que desde el viernes pasado, cuando las ventas se vinieron abajo en picada, optaron por sacar el "inflador" para subir el precio y agrandar las puntas compradoras y vendedoras. Quien iba el viernes o lunes a vender dólares en las cuevas recibía $ 10,15 mientras que si necesitaba comprar se lo vendían a $ 12,15, una diferencia de $ 2. Esos márgenes, que en algún momento de la jornada llegaron a ser de hasta $ 3, no se habían visto jamás en la zona caliente de la city.

Otro movimiento fue mandar a los arbolitos a merodear la puerta de los bancos a "pescar" a los clientes que no puedan comprar el dólar "ahorro", sea porque no pueden justificar ingresos, porque demandan más de lo habilitado o porque su banco aún no ajustó el sistema correctamente. "Vamos a ver si los bancos nos dan una mano y hacen más lento el sistema. Ahora sólo pasan por acá los que no pueden comprar en el banco y necesitan con urgencia. Los que no tienen necesidad, esperan a comprar en el mercado formal", reconocen en una cueva de alto tránsito de la calle Corrientes.

"La suba del precio es porque hay que hacer diferencia y porque de última ya tendremos tiempo a bajar si es que la gente no aparece", reconoce otro comerciante que cambia su "anteojo de tasador" por "una calculadora" con la velocidad que un actor se muta de atuendo entre escena y escena. "Si la semana que viene la gente ve que lo del dólar ahorro es cierto seguramente vamos a tener que adaptarnos y bajar el precio, pero no vamos a desaparecer. El blue existe desde que devaluó Duhalde y seguirá", remarca desafiante.

Es claro que el mercado marginal va a seguir. La duda es qué volumen tendrá tras la flexibilización del cepo. Un operador de una mesa de dinero "azul" un poco más sofisticada, reflexionó hoy a media rueda: "No se qué pasa. Volvimos a la época en que el precio no es de referencia y es sólo virtual. Cuando pueda calzar algún negocio con mis empresas ése va a ser el valor del blue para mí, mientras tanto todo es una estupidez". Y con una mirada de analista financiero pronosticó que "el precio del blue va a bajar porque la decisión del Banco Central de aumentar las tasas para absorber pesos va a surtir efecto".

Otro dato central que demuestra que los precios no son homogéneos es que como pasó durante muchos de los amedrentamientos de Guillermo Moreno, se empezó a vender con precios preferenciales a quienes hagan compras grandes. Generalmente el "descuento" era de 10 centavos. En la jornada de hoy llegó a ser de 50 centavos.

El Gobierno con la reinstauración de este cepo relajado les dio un golpe a las cuevas. El ahorrista menor y el turista casi no aparecen. Si alcanzará o no para forzarlas a bajar la persiana se sabrá recién en las próximas semanas.