Así lo indicó Alejandro Melamed, vicepresidente de Recursos Humanos para Latinoamérica Sur de Coca-Cola, durante una conferencia ofrecida en el XX Congreso Nacional CREA que, con más de 5000 asistentes, se está desarrollando hasta mañana viernes en la ciudad de Córdoba.
Lograr una empresa más humana no significa más costos ni más inversiones, dijo Melamed. Implica simplemente ponerse en el lugar del otro y hacerlo con compromiso.
“Eso genera la necesidad de preguntarse qué quieren los colaboradores, a qué aspiran, qué los haría más felices. Muchas veces se aumenta el sueldo de una persona… y sigue estando con la cara por el piso. Porque tal vez lo que necesitaba no era más dinero, sino ser escuchada”, explicó.
“Se suele decir que hay que tratar al otro como a uno le gustaría ser tratado. Eso es erróneo; hay que tratar al otro como el otro quiere ser tratado”, dijo Melamed.
La motivación es una de las claves de la felicidad en el trabajo. Por ende, hay que saber qué motiva a cada persona. En ese sentido, Melamed recordó la regla de las cuatro P: Plata, Poder, Prestigio y Placer. “¿Por cuál o cuáles de las cuatro P trabaja cada empleado?”, preguntó Melamed. “Conocer eso es fundamental”.
El ejecutivo de Coca-Cola citó a Daniel Goleman, autor del libro Inteligencia emocional. “Goleman habla del concepto de resonancia, efecto que se produce cuando una persona se conecta emocionalmente con otra”.
Así surge el concepto de liderazgo resonante, entendido como aquel que se basa en la sincronía de los sentimientos de las personas. “Los líderes resonantes encauzan toda la potencia de la gente en una dirección emocional positiva. Esto no es nada sofisticado. Es simplemente humildad. Reconocer cuándo me pasa algo y cuándo le pasa algo al otro”.
Twitter está poniendo de manifiesto la falta de inteligencia emocional de varias personas. “Hoy se está estudiando mucho este tema. Los tweetsfavorecen la posibilidad de largar algo inmediatamente. Y muchas veces sale lo peor de cada uno”, indicó.
El orador recomendó tres cuestiones básicas para generar empresas más humanas: ser sensible ante las emociones de los otros; saber direccionar y usar adecuadamente las emociones propias; y potenciar los sentimientos positivos de los equipos. “Hay que encontrar la forma de potenciar la energía del equipo para lograr resultados superadores”.
“No es lo mismo un gerente que un líder. Un gerente es alguien que hace bien una serie de tareas en las cuales es efectivo. Un líder, en cambio, hace lo que hay que hacer. Hacer bien las cosas equivocadas no sirve. Para ser líderes no hace falta tener un cargo en una empresa. Por eso, es mejor empezar a liderar antes de tener un cargo, comenzando por liderarnos a nosotros mismos”, aconsejó.
“En las empresas más humanas, los jefes son líderes, y son inspiradores. La gente no se va de las empresas: se va de los jefes. De allí la importancia que el liderazgo tiene para todas las compañías”, añadió.
“¿Tenemos líderes que inspiran a la gente para que dé lo mejor de sí misma? Quienes tengan esa característica serán los verdaderos líderes del Siglo XXI. Una regla de oro: cada uno de nosotros es el gerente general de su escritorio. Logremos que nuestro propio escritorio sea más humano y así podremos avanzar progresivamente”, concluyó.